jueves, 28 de febrero de 2008

Yupiiii

Hoy le decía a una amiga que si construyéramos nuestra vida a base de actos racionales, seríamos casi robots.

Yo prefiero dejar que me guíe el corazón... me dejo llevar con una sonrisa, sí señor.

lunes, 25 de febrero de 2008

Abogo por los temas alegres

Andrés se me acercó, vio mis patines y luego vio los suyos.

Era un niño de 8 o 9 años aproximadamente, que daba sus primeros pasos sobre ruedas. Lo envidié por unos segundos porque usaba de aquellos patines ochenteros, de bota blanca y llantas rojas.

Me preguntó si era más fácil usar los "de línea" o los que él llevaba puestos. Y con eso rompió el hielo (a veces quisiera tener esa capacidad de iniciar conversaciones con extraños).

Patiné junto a él un largo trayecto y de vez en cuando lo ayudé a recuperar su equilibrio. Mientras tanto, platicábamos muy a gusto.

Hablamos de su hermanito, de cuántas veces nos hemos caído, de las ventajas de tener patines y de la nostalgia de aquellos juguetes que ya no tenemos.

Me contó que vive por ahí cerca, en la zona dos, y que últimamente "el sector está muy peligroso". Que le da miedo subirse a la camioneta para ir a la escuela y que hace algunos días, mataron a un piloto en plena marcha.

Me sorprendió la seriedad con la que este chiquito trató el tema. Me dejó un poco triste.

Cuando comenté ese episodio con otra persona, accidentalmente me escuchó mi sobrino Sebastián (de 4 años) y no pudo evitar preguntarme: "¿y por qué tiene miedo de ir en camioneta?"

¡Qué vergüenza me dio! Preferí cambiarle el tema por uno más alegre.

Los adultos debemos tener más cuidado al tratar estos asuntos frente a los niños. No es justo que les transmitamos nuestra paranoia ni nuestros miedos. Ellos debieran vivir en un mundo más brillante para recordar cuando sean grandes, que al menos en algún tiempo, vivieron despreocupados.

Por eso, ¡abogo por los temas alegres! ¡Hablemos con ellos cosas más bonitas! ¡No dejemos que mueran sus ocurrencias y permitámonos también a nosotros fantasear acerca de cualquier cosa junto con ellos!

jueves, 21 de febrero de 2008

La canción de mis papás

Hoy salí a almorzar.

Entré al comedor de Doña Nati, una señora regordeta y de sonrisa amable que intrépidamente me preparó una carne a la plancha con tomate y no sé qué más. Ya se habían acabado los almuerzos del día, pero me ofreció darme de comer sin pena.

Siempre me sorprende ver la facilidad con la que se mueve en su cocina y elabora ricos platos para nosotros. Comida de casa, comida de mamá... deliciosa.

Mientras almorzaba, me di cuenta que tenía puesta la radio y que estaba sonando una emisora local: la Radio Mágica.

Entre un bocado y otro, empieza a sonar la canción de mis papás.

"¡Come to me softly!", "¡Kiss my lips gentlyyy!" canta Jimmy James & The Vagabonds, con ese sonido de finales de los sesenta (piano melancólico y voz desesperadamente dulce).

Por dios, se me mezcló el pedazo de carne a la plancha con un lagrimazo... jeje.

Pero bueno, resulta que la banda es jamaiquina y tuvo mucho éxito en Londres entre los años 60 y 70. Tanto así, que abrían para The Who y otros tipos pesados. Con la canción que adoptaron mis papás se volvieron famosos en Estados Unidos y por ende, en Latinoamérica.

Aquí dejo la rola, entonces pa quien se quiera cortar las venas:

miércoles, 20 de febrero de 2008

Hay que saber cómo

He recibido pocos regaños en mi vida.

Afortunadamente tengo bien escondidos aquellos que marcaron mi niñez. Obviamente los que más me avergüenzan son los que recibo a esta edad porque la mayoría han sido filosos e intensos.

Quien regaña tiene que tener tacto, sutileza, encanto, cariño... Si el regaño es largo, lo único que genera es rencor o dolor.

A mí, cuando me ha tocado darlos, se me sale el sarcasmo. Espero no haber hecho llorar a nadie.

Por eso, hay que saber cómo. Y el mejor regaño es aquel que se da con una sonrisa sincera y que te recuerda entrelíneas cuánto te quiere la persona que te lo da.

Ese tipo de reprimendas te recuerdan que sos humano, imperfecto y aún así, querido.

Dedicatoria especial

Anoche soñó conmigo.

Soñó que lloraba yo sola dentro de un carro estacionado... ¡Me había dejado plantada!

Hoy despertó acongojado. Antes de meterse a la regadera, me llamó y me reveló su pena.

Preguntó que cómo estaba, que por qué no me había visto, que dónde andaba, que me comunicara...

¡Qué conexión amigo!

Gracias por tenerme presente.

martes, 19 de febrero de 2008

¡Qué de a... flitis!

Cuando era pequeña, mis hermanas y yo nos inventamos una expresión que surgió de las bromas y las carcajadas. Ya no recuerdo bien en qué momento, pero desde entonces, no hemos dejado de usarla.

Incluso mis papás se expresan hacia nosotras en ese tono!

Yo supongo que lo hicimos para evitar frases ofensivas o "malas palabras"... de esas que no digo...

Lo único que hicimos fue inflar los cachetes y dejar que saliera cualquier sonido... y salió: FLITIS.

"¡Qué de a flitis!"

No sabemos exactamente qué significa. Jeje.

Muchos de quienes me escuchan hablar así, me ven con una expresión de incredulidad porque de plano, no pueden creer que alguien de mi edad todavía esté usando aquel lenguaje infantil.

A mí me gusta. ¿Y qué?

¡Flitis!

jueves, 14 de febrero de 2008

Me angustia el porno

En serio... más que el cine de terror, horror o como sea que se le etiquete, a mí me angustia el porno. No me lo disfruto para nada. Me pasan dos cosas extremas: o me cago de la risa (que eso lo hago con eso que le dicen soft porn) o me angustio.

Y es que, a ver... me explico...

Mi primera porno de toda la vida fue "Hombres entre las Ruinas". Porno gay, crudo, violento por momentos y demasiado ¿dulce? en otros. No sé. Impactante.

Un amigo muy querido me llevó varios títulos ese día. Obviamente todos del mismo género. Y no. Dios mío... no... para nada excitante. Tenía que pedirle que adelantara ciertas escenas.

Eso fue hace un año y pico...

Además, hace unos meses, otro amigo me prestó Garganta Profunda. Un "clásico"... pero de nuevo: no! No aguanté ni media hora!

No me creí para nada las caras de satisfacción de las actrices. Para nada. Segurito que no se la estaban disfrutando.

¿A qué mujer le va a gustar que un desconocido con cara de enfermo sexual le deje su... líquido ese por... todos lados y que además, la esté viendo un montón de gente con cámaras y micrófonos?

Ay no! Ya me volví a angustiar!

lunes, 11 de febrero de 2008

Que no se pierda la ternura

Desde hace años que veo la vida a través de un filtro asqueroso y desgastado. Por ahí, se cuelan a veces la indiferencia y el acomodamiento. Incluso, la falta de confianza en el prójimo.

Pero, no voy a extenderme aquí con quejas ni críticas. Simplemente quiero permitirme hacer una pausa, inhalar aire fresco y continuar caminando.

Tal vez me puso cursi eso del Día del Cariño que por primera vez en muchos años me atacará directo y con filo, a pesar de que sé que sólo es una excusa más para mercadear el sentimiento.

Ahí está el meollo del asunto. Ya somos muchos los fríos que hemos construido muros a nuestro alrededor y que hemos colocado mallas finitas en las ventanas para que no se cuele nada de afuera.

Qué triste! No quiero que el mundo se llene de muros! Yo quiero seguir construyendo mi vida con grandes dosis de ternura. Y quiero que los que me rodean lo sepan para que de vez en cuando se permitan tener, al menos, un brillo en los ojos.

jueves, 7 de febrero de 2008

Ommm-ommm...

Anoche me uní a un grupo de meditación.

Más que enseñarme posturas, métodos de respiración y cánticos, me hizo caer en la cuenta de que no soy sólo yo quien busca paz espiritual. Había junto conmigo, unas 50 personas que se descalzaron sin hacer preguntas y pusieron atención a la charla, a pesar del hambre, del sueño y de las preocupaciones.

El salón estaba repleto y eso me confortó.

Si la gran mayoría estuviera en esta misma sintonía, definitivamente que Guatemala sería otra; más pacífica y más positiva.

Lo que plantea este tipo de meditación (budista tibetana) es lo que dicen muchos libros de superación y algunas religiones: ver las cosas de manera positiva. Que si te dejó el novio, que si falleció un ser querido, que si entraron a tu casa a robar, que si te quedaste sin trabajo... en lugar de sufrir durante meses por la tragedia, es recomendable reaccionar positiva y constructivamente ante ello.

No es nada nuevo, lo sé, pero a veces es necesario que nos lo recuerden. Y se oye muy fácil, también... pero supongo que, en el esfuerzo está la recompensa.

Ya les contaré qué tan efectivo es este "auto-coco-wash".

-----

¿Se dan cuenta que ahora cambié de tono y escribo para que alguien lea? Uffff... qué peligroso...

miércoles, 6 de febrero de 2008

La importancia de los amigos

Por mi vida ha pasado tanta gente... y con mi mala memoria, hay personas a quienes ya no les recuerdo ni la cara.

Pero eso sí: contaditos con los largos dedos de mis manos tengo, a un puñado de amigos y amigas que no quiero dejar ir en un buen tiempo. Y si de repente debo alejarme, seguro que seguirán ocupando una gran parte de mi corazón porque me han ofrecido siempre sus hombros, sus consejos, su cariño y su paciencia, a pesar de mis cagadas y de mi inconstancia.

A mis hermanas les repito muchas veces las mismas historias -sin querer queriendo- porque me gusta recordar de vez en cuando algunos buenos momentos con mis amigos.

Hoy, por ejemplo, vino a mi mente la imagen del vino de caja. Ese vino barato que sabe más a alcohol que a zumo de uva fermentado.

Esa figura cuadrada me transportó a los monumentos de la Avenida Las Américas, por allá por el 2000 y 2001 (jeje, pura abuelita), a una de esas noches en las que nos escapamos de la Universidad, nos subimos ya ni recuerdo al caballo de qué estatua (siempre se me olvida este dato) y ligeramente embriagados, empezamos a bailar, a hacer bromas y a darnos besos entre todos, como colegiales descubriendo su sexualidad. Jajaja!

Qué inocentes éramos... apenas pasábamos los 20 años de edad y sentíamos aquello como la travesura más interesante de nuestras vidas.

Lamentablemente, no tengo muy claros los detalles ni puedo distinguir las vivencias entre un monumento y otro. Pero sí tengo cercana la sensación de pertenecer a algo y de haberlo disfrutarlo con todo mi cuerpo y con todo el corazón. (Así de cursi.)

Si llegara a ser abuela, me agradaría sentarme en una silla mecedora a platicar de todo eso con mis nietos (mientras trenzo mi blanca y larga cabellera) para sonreír a cada poco con la misma alegría que me provoca este recuerdo.

martes, 5 de febrero de 2008

Tengo que hablar de Julieta


Confieso que hace años me peleé con Julieta Venegas (con la misma intensidad con la que tiré por un lado a Horacio Oliveira de Rayuela).

Me decepcionó cuando cambió de productor. Con Gustavo Santaolalla su material me parecía más interesante. Incluso, creí que nadie había forzado ni construido su imagen porque parecía que planteaba una propuesta auténtica y que sus letras reflejaban profundas inquietudes propias.

Pero cuando descrubrí que se había depilado las cejas, que usaba faldita hasta las rodillas y tacones altos, me sentí traicionada. Como si le hubiera dado la espalda a las mujeres de pelo y falda larga -como yo- y hubiera decidido unirse a la fría y aburrida farándula con la que nunca quise asociarla.

Todo cambió!!!!! Sus canciones, su tono de voz, su crayón de labios!!!!! Se convirtió en todo lo contrario!!!! ¿Cómo puede ser capaz el ser humano de vivir en esos extremos?

Esa nueva faceta suya mató todas mis esperanzas. La vida me demostró que Julieta era sólo otra chica fresa y que prefería cantar de esas canciones de amor que la volvían millonaria.

Pues bueno, hace pocos días un amigo me regaló un CD con archivos mp3 para poner en mi carro... y zas! que me pongo a cantar Limón y Sal.

Mier...coles... me reconcilié con ella.

viernes, 1 de febrero de 2008

Diversión en lengua extranjera




Me entretiene aprender otro idioma.

Qué interesante cómo funciona la construcción de los números en francés. Decir mi fecha de cumpleaños es un logro!!!! Dix-sept juillet mille neuf cent soixant dix-sept... Y falta pronunciarlo! Jeje. Me siento como niña con juguete nuevo.

Leí en un estudio que, el aprender otro idioma aumenta las habilidades para razonar y también la capacidad de aprender, ya que "incrementa en gran manera la agilidad cerebral".

Pero a mí, eso me importa poco. Igual que sonar ridícula intentando pronunciar la e, la u y esa r que no me sale sin un poco de flema en la garganta...

Hace exactamente 10 años tomé un cursito para principiantes, pero no pude continuar por falta de dinero. Lo único que recordaba era que podía presentarme: "Je m'appelle Wendy e Je suis journalist".

A ver hasta dónde llego esta vez!

Quién sabe... a lo mejor me voy a Francia, a sentarme en uno de esos cafés que le envidio a Cortázar, para seguir escribiendo ocurrencias... pero en francés!