lunes, 25 de febrero de 2008

Abogo por los temas alegres

Andrés se me acercó, vio mis patines y luego vio los suyos.

Era un niño de 8 o 9 años aproximadamente, que daba sus primeros pasos sobre ruedas. Lo envidié por unos segundos porque usaba de aquellos patines ochenteros, de bota blanca y llantas rojas.

Me preguntó si era más fácil usar los "de línea" o los que él llevaba puestos. Y con eso rompió el hielo (a veces quisiera tener esa capacidad de iniciar conversaciones con extraños).

Patiné junto a él un largo trayecto y de vez en cuando lo ayudé a recuperar su equilibrio. Mientras tanto, platicábamos muy a gusto.

Hablamos de su hermanito, de cuántas veces nos hemos caído, de las ventajas de tener patines y de la nostalgia de aquellos juguetes que ya no tenemos.

Me contó que vive por ahí cerca, en la zona dos, y que últimamente "el sector está muy peligroso". Que le da miedo subirse a la camioneta para ir a la escuela y que hace algunos días, mataron a un piloto en plena marcha.

Me sorprendió la seriedad con la que este chiquito trató el tema. Me dejó un poco triste.

Cuando comenté ese episodio con otra persona, accidentalmente me escuchó mi sobrino Sebastián (de 4 años) y no pudo evitar preguntarme: "¿y por qué tiene miedo de ir en camioneta?"

¡Qué vergüenza me dio! Preferí cambiarle el tema por uno más alegre.

Los adultos debemos tener más cuidado al tratar estos asuntos frente a los niños. No es justo que les transmitamos nuestra paranoia ni nuestros miedos. Ellos debieran vivir en un mundo más brillante para recordar cuando sean grandes, que al menos en algún tiempo, vivieron despreocupados.

Por eso, ¡abogo por los temas alegres! ¡Hablemos con ellos cosas más bonitas! ¡No dejemos que mueran sus ocurrencias y permitámonos también a nosotros fantasear acerca de cualquier cosa junto con ellos!

1 comentario:

Kary dijo...

Ay si vos! por eso creo que me gozo los comentarios del sebas cuando yo llego con la cabeza tupida de cosas tristes o feas... porque aquel me sale con historias de mundos diferentes y anécdotas de "cuando él era grande" jijiji

Pobres niños.... tenemos que devolverles la ingenuidad y la inocencia!!!

Ti lo quero!!