Ella es una especie en extinción que se auto-preserva escondiéndose del mundo. Le gusta mucho el agua templada, mejor si es calientita porque esa temperatura le recuerda a las sábanas de su cama.
En el agua y en su lecho nocturno, disfruta la desnudez porque esa sensación de frescura le abarca todo el cuerpo y la relaja.
Nadie sabe que por las noches, se convierte en sirena... pero no de las que habla la mitología griega, sino de las que dibujó hace años en su mente y corazón.
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