Me peleé con un dinosaurio, de esos a los que se les salen las babas por entre los colmillos y que lastiman los oídos con su rugido.
Hoy tuve que ponerme a su nivel.
Imagínense, una despeinada y sucia lhasa apso, brincándole al dinosaurio.
A lo mejor logro que mi bombardeo de ternura le entre directito al corazón.
5 comentarios:
llegue a su blog revisando intereses comunes,
le dejo mi saludo desde Argentina
Muchas gracias Ignatius por registrar tu visita. Ya tengo ubicado tu blog para conocer más del "impostor". Jeje.
Admito que no he leído el libro, pero gracias a tu comentario lo tengo ya, en mi lista de pendientes.
Un abrazo desde Guatemala!!!!
... la ternura mueve al mundo, una mirada suave logra más que un millón de gritos al unísono con megáfono!!! arriba la ternura mi negra.... y quién no se derrite con tus peinados guapaa???
y que le pashoooooo?????
llegué por casualidad, y encontré interesante tu blog.
saludos
Francisco
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