lunes, 2 de junio de 2008

Qué días...

Yo arrastro la mayoría de mis pantalones.

Y con esta lluvia, llego a la casa con una sensación de frío, muy extraña. No es del todo frío porque estoy abrigada, pero los pies húmedos me afectan.

Por eso, lo primero que hago es ponerme un par de calcetas secas y limpias, meterme debajo del poncho y sentarme a leer o ver alguna película.

Al fondo, sigue lloviendo.

Por ratitos, levanto la vista hacia la ventana para maravillarme de cómo todo se hace más verde.

Pero la sonrisa me dura poco.

Espero que muy pronto se me acabe el odio a los sábados y la tirria a los domingos, para que el silencio del barranco, el sonido de la lluvia y mi soledad, no me afecten tanto.

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