lunes, 27 de octubre de 2008

Una sorpresa encantadora



Este es el último año que Sebastián estudiará en la guardería que lo recibió desde bebé. Se le nota que ya va para afuera, no sólo por su tamaño sino también por la confianza con la que entra y sale de ese ambiente. Eso le hizo más fácil establecer una mara junto con tres niños más, que se dedica a hacer travesuras y mucho ruido cuando se reúne.

Él ya pasó por todos los colores de toga y birrete (que cambian con el grado cursado), así como por todas las etapas de las presentaciones públicas en las clausuras de ciclo escolar: del susto al llanto y del desinterés al disfrute del escenario.

A mí me parece una crueldad (sin ofender a las maestras) obligar a los bebés de “maternal” a usar un disfraz incómodo y a hacerlos bailar y aplaudir a la fuerza en el escenario. Siempre hay más de uno que llora porque no entiende por qué jodidos le mueven los brazos bruscamente y toda la gente se le queda viendo. ¡Yo lloraría del coraje, pidiendo que me dejen en paz!

Pero bueno, no es ese el punto.

Ayer fui a la clausura de mi sobrino. Bailó una canción que se llamaba “Los marcianos llegaron ya” interpretada por Tatiana (una versión infantil para aquel cha cha chá). Sebastián, al igual que sus compañeros, tenía toda su carita pintada de verde y llevaba un trajecito hecho de fieltro, simulando a un guerrero espacial.

Subió al escenario junto a toda su clase, se ubicaron desordenadamente y al empezar la canción, empezó a moverse con gracia. Pocos segundos habían pasado cuando, rompió la fila y jaloneó a una compañerita que imitaba a Tatiana. Al principio, me asusté. Pensé que era una de sus travesuras. Pero no. Todo estaba fríamente calculado. La mayoría de niños hizo lo mismo y rodearon a la niña con pases de baile. Luego, regresó a la fila.

De repente, una de las maestras jaló a Sebastián y lo hizo dar varios pasos al frente. Resulta que era el momento de bailar una especie de hip hop, para lo cual él se prestó con toda la seriedad del caso. Movía sus bracitos al estilo Calle 13 y mientras tanto, esa misma niña, lo rodeó un par de veces, bailando y cantando.

Toda la gente en el auditorio se emocionó, no sólo sus tías, su abuela y su madre que lo veíamos desde abajo con ojos de orgullo.

Yo estaba a cargo de grabar el video correspondiente, así que, confieso que la grabación no es muy buena. La cámara dio algunos brincos, especialmente cuando Sebastián hizo su "solo" de baile.

2 comentarios:

Kary dijo...

ay siiiii que chilero estuvo... no pude evitar como toda buena mamà orgullosa el que mis ojos se llenaran de làgrimas y que me latiera rapidisimo el corazòn y a la vez reirme... què lindo estuvo mi enanito bailando todo serio su "hilhopeada"

Gracias por escribirlo tan bonito... y màs gracias por acompañarnos!! Ti lo amoooo!!!

el VERDE !!! dijo...

haber clan García... compartan las imágenes pues... saludos al sebas, q siga cultivando el baile.