Entraba a la ciudad cansada y contenta. No me interesaba nada más que meterme a la cama.
Al empezar a quedarme dormida, me regresaba la sensación de las olas... ese vaivén me sumía en sueños profundos.
Ahora, a mis 31 años, me sorprendo de regresar solamente un poco más morena que el día anterior y bastante lúcida.
Ya no traigo arena en mis chancletas, ni en mi traje de baño, mucho menos en mi maleta.
Lo que me dejan estos paseos son purititos suspiros.
I dig my toes into the sand
The ocean looks like a thousand diamonds
Strewn across a blue blanket
I lean against the wind
Pretend that I am weightless
And in this moment I am happy...happy
The ocean looks like a thousand diamonds
Strewn across a blue blanket
I lean against the wind
Pretend that I am weightless
And in this moment I am happy...happy
3 comentarios:
las últimas palabras me gustaron mucho amibita... Bsos, te veo prontito.
Qué bonito... Mi linda tan preciosa... Qué bonito tener esos recuerdos wendolyn. Te veo niña y me llegás.
ala, a mí me pasaba lo miiiiiismoooooo!, quedaba sensación de oleaje en uno! como si siguiera en el agua, que será que ahora no?
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