Adicta a las comunicaciones

Pocas veces me he sentido incomunicada en mi vida.

Acabo de pasar dos semanas sin mi celular e intenté disimular la angustia que me provocaba el no saber de mis hermanas, de mi mamá...

Ahora tengo el aparato de regreso. Un poco más sofisticado que mi frijolito y con un handsfree para el carro o para escuchar radio fm.

A mí todos esos accesorios no me importan. Lo único que quiero es que esta vaina saque llamadas.

Lo mismo me pasa si no tengo internet. Me pican las manos por escribirme con alguien. Ya sea por mail, chat de gmail o messenger.

Siento que a nadie le importo si no me escriben mensajes de texto o correos electrónicos. Y me siento insignificante si no me llaman.

Qué vicio este el de las conexiones.

Ni modo. Ya estoy frita. Estoy bien metida en esto y no quiero salirme.