lunes, 6 de abril de 2009

¡Qué temblores!

Hoy por la mañana, la noticia de los periódicos electrónicos, se centraba en Italia: un terremoto que no sólo destruyó casas, caminos, edificios... también le quitó la armonía a cientos de familias.

El hecho me hizo recordar los temblores de este sábado que pasó e imaginar lo que me hubiera sucedido si un terremoto me hubiera sorprendido en los lugares en los que estaba.

El primero, me agarró dentro del carro, en una calle congestionada debido al paso de una procesión. Decenas de personas caminaban por las aceras y otro tanto de carros bocinaban desesperados. Se hubiera triplicado el caos.

El segundo y el tercero, me tomaron con más calma en la casa de una amiga... en pleno churrasco, con reguetón de fondo y las miradas atónitas de todas mis amistades.

Ayer, domingo, el ambiente fue más familiar, más tranquilo todavía. Estábamos en la sobremesa. Justo empezó a temblar cuando mi mamá comentaba que qué raro que habían cesado los sismos...

Si algún día me toca un terremoto, elijo el ambiente familiar para sufrirlo. Ojalá sea buena conmigo la vida.

1 comentario:

Marlen dijo...

Aaaaw tan chula! jeje