lunes, 22 de junio de 2009

No sé cómo se llama esto... sólo sé que por fin lo encontré

Este cielo gris le trae malos recuerdos.

La tienen hipnotizada esas nubes que no se quieren descargar. Lleva días recordando, mutilando historias, imaginando.

Desde la ventana ve la ciudad del mismo color que su corazón -porque los colores también los siente- es un color podrido y envenenado.

No ha querido salir del apartamento desde hace días y casi no se aleja del cristal.

Sólo se mueve para darle un “repeat” a un viejo disco de Portishead.

“Render your heart to me”, grita Beth Gibbons y ella sonríe. Triste.

Ayer fue lo mismo; anteayer igual. El ventanal no le ayuda mucho en invierno.

Inhala el humo de su cigarro mecánicamente y lo empuja hacia el vidrio. En cada bocanada deja un vaho hediondo. Su cuerpo no acepta más que nicotina y le deja el cuerpo débil, la mirada perdida.

Se repugna de sí misma con tanto recuerdo encima, pero sabe que mientras más los atrae, más puede moldearlos. Sueña, quita las piezas que no le gustaron, las que ve demás, las que odia.

Odio.

Lo odia a él. Pero también lo quiere. Quiere. Lo desea. Desea su corazón, su mente, su cuerpo...

Le hace falta él.

Eso que decían los poemas de amor y las canciones cursis era cierto. "Vergonzosamente cierto", decía, y por eso a veces le gustaban las frases cursis.

Abajo, en la calle parece ver su silueta. ¿Será? No… está alucinando. Ha de ser la falta de sueño, piensa.

“Now that we´ve chosen to take all we can…” canta Beth.

No, no obtuvo lo que pudo ni lo que quiso. Lo quiere con ella ahorita.

Tiembla.

Se cae.

Lloriquea.

Sigue temblando, pero no sólo ella. También el apartamento, las lámparas, el piso, la ciudad.

No le importa. Se deja caer. Abraza sus rodillas y llora.

Se caen los libros, los discos, los adornos, los recuerdos.

Un mueble desiste a sus pies. En sus pies.

Se ríe al ritmo de los huesos rotos.

“I can´t hold this day anymore…” canta más fuerte Gibbons.

Levanta la vista hacia el cielo. Sigue gris. Sigue temblando. Sigue desmoronándose, ella, la ciudad, su corazón.

La ventana se quiebra. Su ventana, en pedazos. El cristal, en pedazos.

Pequeños trozos de vidrio. Sus ojos, se nublan.

Sangra.

Ríe, a carcajadas. Le grita, a carcajadas.

“Nobody loves me, it´s true… not like you”, dice a lo lejos Gibbons.

Agosto 2004

4 comentarios:

GavilaSavilaMavila dijo...

Pffff... me llegaste hasta adentro, me conmoviste...cearca de la puntita del corazón. Qué lindo!!! (Casi pude verte...)

GavilaSavilaMavila dijo...

...y TENÍA que estar acompañada de Portishead!!!

Seletenango dijo...

señoooooooooo no nos haga estoooooo! que increíble. Lo sentí parte de mí.

Anónimo dijo...

En estos días tan grises leer esto es casi un suicidio.

Chillé.