lunes, 30 de noviembre de 2009

¡ave maría purísima!... lectura de textos sobre deporte


El proyecto radar de Libros Mínimos y Sophos se puso esta vez los tenis y la pantaloneta para salir a perseguir esa apasionante palabra y sus sudorosas consecuencias. Nuestros invitados, escritores, cineastas, periodistas y bloggers, harán correr al signo en la pista de nuestras cabezas, será una excelente competencia de relevos. Las apuestas quedan abiertas.

Participan: Wendy García, José Joaquín López, Gustavo Abril, Víctor Muñoz, Sergio Ramírez y Eddy Roma.

Se proyectará el cortometraje: "Hoy sí" de Sergio Ramírez

Lunes 30 de noviembre
18:30 horas
Sophos, Fontabela
12 calle, 4 avenida, zona 10

Foto por Alejo España

domingo, 29 de noviembre de 2009

Why don't you come to your senses?

La primera vez que escuché esta canción fue en la película "In America", cantada por una niña, quien según yo, podía conmover hasta al más duro de los hombres. La única conmovida fui yo. Jeje.

Navegando por el youtube, me encontré la versión de Tori Amos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Domingo de recuerdos

El silbido de la jarrilla invade la paz de un domingo en la casa de Mariela. Es la señal que estaba esperando para dejar la cama. Había pasado todo el día anterior acurrucándose en ese refugio de sábanas y ponchos, así que hoy había decidido salir a saludar al sol para recordarse a sí misma que la vida tiene momentos brillantes afuera de su habitación.


Baja a la cocina sin prisa, con las pantuflas bien puestas y la pijama todavía caliente. Prepara un té de naranja con miel, pone un poco de blues en el estéreo y sale al balcón de su estudio, a ver cómo el viento de noviembre mueve las hojas de los encinos.


El primer sorbo de su bebida matinal le recuerda el lugar en donde compró esa caja de té, un restaurante vegetariano del que ya se ha aburrido, ese que empezó a frecuentar con su nuevo trabajo. No es el lugar ni la comida, es que se está hartando de esa oficina gubernamental donde se siente atrapada, desorientada, desperdiciada.


La sensación del té bajando por su garganta la trae de regreso al balcón. Hoy es domingo, se dijo. Así que, se dispuso a disfrutar la dulzura del momento.


Entonces, resalta la música que había puesto. La letra de la canción que suena le recuerda a su primer novio, un estudiante de ingeniería química que tocaba guitarra clásica, pintaba al óleo y le horneaba pasteles. Se ríe para sus adentros: a partir de haberlo dejado, todas sus historias amorosas han sido un desastre. A sus casi 40 años, Mariela se pregunta si podrá ser madre.


Se pone de pie, con el antojo de salir a bicicletear un rato para evitar más recuerdos. No le importan las pantuflas ni la pijama. Sale a pedalear por los alrededores de su barrio.


A tan tempranas horas de un domingo, las calles todavía están adormecidas. Eso le gusta. Le permite cerrar los ojos en una pequeña cuesta y dejarse llevar por la gravedad. Respira hondo. El sonido de las llantas reventando las piedrecitas del camino la transportan al pueblo donde vivía su abuela, donde pasó gran parte de su niñez. Cómo le gustaría estar un tiempo por allá, lejos de la ciudad y cerca de su inocencia.


Un bocinazo la saca de su letargo. Deja de pedalear y permite que su acelerado corazón descanse. Se sienta en la acera, debajo de otro encino como el que ve desde su casa.


A lo lejos escucha la narración de un partido de futbol. No distingue la casa de la que proviene, pero puede imaginársela: la mamá en la cocina prepara el desayuno, los niños revolotean en pijama por toda la casa y el papá pone su partido a todo volumen en la sala, opacando las risas y los juegos de los pequeños. Así habían sido algunos domingos en casa de sus padres.


No es posible, se dice. Debo distraerme para no seguir viajando en el tiempo. Así que, vuelve a la bicicleta y se dirige a la casa de su mejor amiga para que la anime con las historias de sus más recientes conquistas.


El fin de año siempre le afecta a Mariela. Y los domingos, suelen caerle recuerdos que la hacen sentir más sola.



Foto por Sydney Rappaport.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Para mis hermanas


Porque esto es lo que nos toca: dar vuelta a la hoja, empezar de cero y apuntar esas cosas que no queremos repetir. No importa cómo. ¡Un viaje en solitario no es mala idea!

¿Verdad que sí?

viernes, 6 de noviembre de 2009

Curiosa esa relación de amor y odio

Cuando empezaba la adolescencia y me sentía sola e incomprendida, solía callar. Si mis padres despotricaban contra mis gustos, recuerdo que asentía o me quedaba viéndolos, inexpresiva. Tomé esa actitud porque quería dejar de darme contra la pared, intentando convencer a mis papás de que lo que yo creía acerca de la vida no era malo sólo por ser diferente.

Pero, lo que logré fue acumular una serie de frustraciones que me motivaron a vivir fuera de casa.

Después de nueve años de no estar con ellos, a mis hermanas -que siguen viviendo ahí- aún les cuesta trabajo lidiar con la brecha generacional. Suelen tener constantes altibajos provocados por la esperanza de que, siendo honestas y transparentes, lograrán comunicarse.

Obviamente, ese fenómeno lo genera la natural convicción de cualquier padre o madre de buscar el bienestar de sus hijos. Lo comprendo ahora que lo veo de lejos.

Lo más curioso es que los hijos, después de toda esa contradicción y batalla contra los progenitores, regresamos a casa cuando necesitamos que nos recuerden que a pesar de todo, en ese lugar encontraremos cariño y un buen descanso del mundo.

¿O me equivoco?

Foto de Marina Zamora

lunes, 2 de noviembre de 2009

Abracemos el frío pues

Contrario a mi hermana Karina, la lluvia y el frío me ponen a suspirar. Me da por escuchar canciones que sólo tienen música de guitarra acústica o piano. Así, hago una linda combinación entre agua, cielo gris y ricas melodías de fondo, no para nostalgiar, sino para disfrutar las chamarras calientes, los desayunos en pijama, las bebidas humeantes y el barranco mojado, invadido por un gusano gigante hecho de niebla.

Además, a mí que me gusta ponerme muchos trapos encima (faldas sobre pantalones, camisetas sobre blusas de manga larga, calcetas y bufandas...), esta época de friíto me motiva a explorar el closet.

Así que, le doy oficialmente la bienvenida al fin de año. Yupiiiiiiiiiiiiii :o)