miércoles, 29 de diciembre de 2010

La que espera

A veces pienso que estoy condenada a esperar y que aunque no me guste, nací para esperar. ¿Y eso qué significa? Que me persiguen situaciones en las que debo aguardar un periodo de tiempo mientras llega una persona o mientras ocurre una cosa. Y me pasa a mí, que soy una impaciente, una desesperada, una controladora, que quiero que todo suceda cuando yo lo necesito, cuando yo lo quiero.

Yo me pregunto si esta vida que me tocó, esta época en la que existo, me ha infectado con su rapidez porque todo se mueve aceleradamente y tal vez yo quiero que esa velocidad me acompañe. Sería otra la historia si me acompañara la lentitud de antes, aquella de cuando mi abuelita era niña y cuando todos respetaban el tiempo que se tomaba la naturaleza para hacer sus cosas.

Siento como si estuviera sentada en una banca, esperando a que llegue ese alguien o ese algo que me permitirá continuar con mi exploración del mundo. Y mientras llega, busco cómo entretenerme, muevo las cosas que sí puedo controlar, desarrollo otras, descubro un poco más de mí misma, pero luego me siento obligada a regresar a la banca a continuar esperando por aquello que no viene.

Muchos me dirán "vos podés salir de esas situaciones", "estás ahí porque querés" y tal vez tienen razón. Probablemente yo permito que la espera me alcance y me siente. Probablemente por eso siempre vivo con la esperanza de que suceda algo diferente en donde no me toque esperar, en donde todo camine a mi ritmo.

Probablemente por eso la espera me desespera.

viernes, 17 de diciembre de 2010

El frío en sus diferentes manifestaciones

Durante los meses que estuve fuera de Guatemala pude experimentar el frío como lluvia, aguanieve, hielo, niebla, granizo, nieve y viento. Todas estas manifestaciones de la temperatura bajo cero las sufrí horrorosamente y por eso, padecí cuatro gripes y una ronquera.

En Inglaterra el exceso de lluvia limitó la turisteada, especialmente de actividades al aire libre que se suspendían por mal clima. En Oxford la niebla nos asustó tanto que tuvimos que encerrarnos y disfrutar de la calefacción mientras veíamos los programas con los que se entretienen los ingleses en la televisión.

En La Haya vimos el granizo más fino y pequeño de nuestras vidas, afortunadamente, desde adentro del apartamento de mi amiga. En Amsterdam me sorprendió la nieve por primera vez. En cambio en Rotterdam conocí a ese viento despiadado que raja la cara y hace temblar hasta las vísceras.


En Berlín fue donde realmente examiné un copo de nieve y me di cuenta que son igualitos a los que dibujan en las caricaturas. En Frankfurt sentí caer a los copos más grandes e incluso, vi llover y nevar al mismo tiempo.


La ropa que llevábamos desde Guatemala no nos funcionó muy bien para aminorar el sufrimiento. Por eso, mis ganas de ir al Círculo Polar Ártico se calmaron, pues unos finlandeses que conocí en Amsterdam me contaron que estaban a -24 grados centígrados en su país.

Tal vez me animo a seguir explorando Europa, pero durante la primavera o el verano, así no regreso tan asustada como ahora con ese frío tan extremo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

¿Fanática yo?

En 1994 grabé un especial de Los Beatles en un caset de 90 minutos. Lo transmitieron en la FM Fama y ahora que hago memoria, no me gustó mucho. La emisora hizo algunos "remixes" y "popurrís" que me obligaron a darle forward a la cinta muchísimas veces cuando lo escuchaba en mi walkman.

No tenía dinero para comprar la música original, pero supe arreglármelas para tener algunas de sus rolas conmigo. Mi papá -de quien adquirí el gusto por el grupo- tenía algunos LP's que se había comprado antes de mi nacimiento, pero no sé en qué año el tocadiscos dejó de funcionar y según mis recuerdos, nunca lo reparó.

A partir de entonces, mi curiosidad me llevó a investigar a estos músicos y luego la tecnología me permitió tener un buen número de sus producciones.

Yo apenas tenía 3 años cuando mataron a John Lennon, pero sí viví la muerte de George Harrison en el pasaje Aycinena y brindé con algunos amigos en agradecimiento a las sensaciones que este señor me produjo con su genialidad. Claro, ¿qué sería de Paul, Ringo, John y George sin el talento y el oído de George Martin? Hay que reconocer que los riesgos que se tomó este señor revolucionaron lo que en aquella época estaban acostumbrados a escuchar.

Hago todo este recuento ahora que fui a Liverpool y que descubrí que yo no soy nada a la par de la fanaticada que visita esta ciudad. La alcaldía colabora porque ha sabido explotar la imagen de Los Beatles para atraer al "turista musical". Tanto así que, ofrece tours por sitios que únicamente conocen aquellos que saben de memoria fechas, letras de las canciones, la historia del grupo y todos los mitos que giran alrededor de él. Y por ahí se topa uno con algún viejito que cuenta anécdotas del tipo "yo conozco a", "yo estuve en"...

Una de las cosas que me produjo sentimientos encontrados fue mi breve paso por La Caverna... bueno, por una reproducción de aquel lugar en el que se hicieron famosos y que cerró en los años setenta. Cuando entré, cantaba un imitador de Lennon que usaba unos lentes redondos como los suyos, hablaba como él, se vestía como él e irónicamente, sabía pocas canciones de él.

Por una parte me pareció exagerado el hecho de tomarse la molestia de construir un lugar casi con todas las características de otro y crearle además, toda una parafernalia surreal. Pero por otra parte, me reía de mí misma porque ahí estaba yo cantando tímidamente algunas frases y tomando fotos hasta de las paredes de ladrillo de este sótano recreado para el fanático, ese fanático que no soy yo.

:oP

Una de mis fotos de The Cavern. Liverpool, noviembre de 2010.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Clima insensato

El clima en Inglaterra pareciera reírse de uno. Las mañanas que amanecen soleadas, hace un frío espantoso y el día que uno decide salir a caminar, hay una llovizna permanente... Ya me agripé por segunda vez en menos de tres meses.

Hoy que amanecimos en Oxford hay una niebla tan espesa que no deja ver mas allá de media cuadra... justo cando queríamos salir a explorar esta ciudad...

Tendremos que hacer lo que hacen los ingleses, salen de sus casas a pesar de este clima traicionero. Si hay mucha lluvia igual van al mercado y comen de pie mientras se salpican con las gotas que caen sobre los charcos. Si hay niebla como hoy, no dejan de hacer su hora de jogging. Si hay frío de aquel que congela las manos, se ponen guantes y salen en bicicleta.

Y pensar que el pronóstico de la BBC dijo que la niebla se mantendrá durante todo el día...

(En la foto, una muestra de esa niebla que se ve desde el hotel)

lunes, 1 de noviembre de 2010

Los mapas y yo

Se suponía que si en mi corta exploración de algunas ciudades del mundo, podía ubicarme fácilmente con un mapita del metro y una caminata por las avenidas principales, un mapa de las calles debía facilitarme aún más la visita turística. Sin embargo, teniendo uno de esos en la mano, jamás me había sentido tan desorientada como en Viena.

El breve recorrido que le di a la ciudad -pues debía tomar un avión hacia París- terminó siendo un caos: cuando intenté regresar a la casa en la que me dieron posada, no pude encontrar las calles que el mapa me indicaba. Para mí, a la vuelta de la esquina la calle cambiaba de nombre; dos kilómetros después, tenía tope; en varias ocasiones, la atravesaba una vía rápida que estaba bloqueada para el peatón y en mi búsqueda del paso de cebra, se perdía de vista la dichosa calle... Y mientras tanto, mis amigos estaban a punto de llamar a la policía.

La manera más fácil de llegar era, darle la dirección a un taxista y pagarle lo que fuera necesario. Pero, había un pequeño detalle: no tenía efectivo porque mi tarjeta de débito dejó de funcionar en los cajeros automáticos. También podía preguntar a los vecinos para que me ayudaran a ubicarme, pero otro inconveniente: no hablo alemán más que para decir "Ich spregen nein deutch (no hablo alemán)".

Así que... sí... perdí el vuelo porque tardé dos horas en comprender que en lugar de caminar hacia el sur, estaba caminando hacia el norte... No, la aerolínea no me devolvió un sólo centavito y tuve que comprar otro boleto... Y no, tampoco hice el recorrido de Ethan Hawke y Julie Delpy.

Tengo un serio problema de lectura de mapas callejeros :oP

martes, 12 de octubre de 2010

Veneto blues


Este país tiene algo de melancólico en sus atardeceres, algo de solitario en sus noches y mucho de esperanza en las parejas de ancianos.

Probablemente es esto último lo que me ha provocado las dos primeras sensaciones.

La primera vez que lo experimenté yo caminaba al lado de una autopista llena de carros veloces. A lo lejos vi acercarse a una pareja. El hombre era bastante más alto que la mujer. No podía distinguir ningún detalle de sus rostros, pero sí me di cuenta cómo el hombre le daba besos a la mujer sin dejar de caminar. Tomaba su cabeza le plantaba el beso y seguían caminando. Así conté tres veces.

A medida que se iban acercando hacia mí (o yo me acercaba hacia ellos), se me ponía de gallina la piel y mis ojos se llenaban de agua salada. Eran dos ancianos cuyas cabezas blancas y amplias sonrisas les hacían aparentar una envidiable juventud.

La segunda vez que algo se trababa en mi garganta fue durante la cena (no me ahogaba con la comida sino con las emociones). Yo bebía un café con leche y terminaba un tiramisú. Intentaba que mis ojos se enfocaran en algo más que mi propio reflejo en la puerta de cristal del restaurante, pero no lo lograba.

En eso, reparé que a mi derecha, un hombre y una mujer -ambos mayores- con acento inglés terminaban el plato fuerte. El señor se puso de pie sin mediar palabra y pasó frente a mí. Pensé que iba al baño, pero me equivocaba. A menos de un minuto lo vi caminar de nuevo delante de mi mesa, pero esta vez iba bailando graciosamente, lo cual me hizo levantar la vista y observar sus gestos: él le bailaba pícaramente a la señora pues tenía en sus manos dos platos con sendos trozos de pastel, como si acabaran de darle a un niño su dulce favorito.

Ambos se sonrieron y comieron alegremente sin necesidad de decirse nada, mientras yo terminé mi café de un sorbo y salí antes de que se dieran cuenta que mis mocos no tenían que ver con la alergia.

Foto por: Miguel Miranda

miércoles, 6 de octubre de 2010

Perderse en Italia

Es fácil perderse en Italia. Hay provincias que se llaman igual que algunas calles, regiones que tienen el nombre de paradas de trenes y en fin... Uno, sin hablar bien el idioma y recitando la misma palabra a diestra y siniestra, puede dar lugar a diversas interpretaciones. Cada persona te da las indicaciones que más se acerquen a lo que piensan que estás preguntando.

Eso me sucedió el primer día que puse un pie en ese país. El hotel que había elegido era un albergue administrado por una familia, a las afueras de Milán. Obviamente mucho más barato, con desayuno incluido y con la promesa de relacionarte con estos hermanos y esta madre que comparten su casa con los turistas.

¿Por qué elegí empezar mi recorrido por Milán? Porque también el ticket de avión más barato entraba únicamente por el aeropuerto Malpensa. Eso me pasa por tacaña dirán algunos, pero en realidad los gastos se reducen tanto que me da la oportunidad de quedarme un día más o de comer rico sin remordimientos por el precio.

Afortunadamente no soy de las que de estresa. Más bien me sentí dichosa de haber recorrido gratis, una parte de la zona rural de este país. Pude observar los viveros, la cosecha de trigo, las casas antiguas de adobe y teja...

Así que, después de tres trenes, una linda plática con una viejita llamada Franchesca y dos conductores que casi me llevaron de la mano al vagón indicado, por fin llegué a la región correcta.

Al empezar a caminar por estas calles estrechas, intuí que la zona no es muy turística. Todos los que se conducían en su carro se me quedaban viendo. Las pocas señoras que caminaban como yo, igual me veían raro. Cuando les preguntaba cómo llegar a la dirección que tenía el albergue, no podía evitar sonreírme.

A base de señas, gestos y la asociación al castellano de palabras como "avanti", "piazza", "escalinata", "la sua siniestra" y "la sua destra", comprendí sin titubear todas las indicaciones.

En el albergue ya me esperaban. Me vieron llegar de lejos y salieron a recibirme: "¿señora García?" me preguntó una muchacha. Y cuando dije "sí", me respondió "bona sera" y me pasó adelante. Rápido olvidé lo de "señora" porque entre ella y su hermano me preguntaron con preocupación, cómo había logrado llegar. Les contesté un poco sorprendida "pues en tren" y ellos hicieron un gesto como de "pues sí, vaa".

Es que un día antes me habían ofrecido por correo electrónico, ir a traerme al aeropuerto por 20 euros. Pero yo llegué gastando únicamente 5.50 y bueno... invirtiendo un montón de horas :oP

Ahora, mientras ceno una pizza margarita y me la bajo con vino tinto, ya puedo empezar a trazar la ruta de exploración de este país que "mola mucho", como dirían los españoles.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La manera europea

La huelga general en España me obligó a retrasar por algunas horas, mi viaje a Barcelona. Pero da igual, no tengo ninguna prisa.

Afortunadamente el País Vasco fue de los pocos lugares que no respondió como se esperaba a la convocatoria de este paro de labores, por lo que no veo ningún alboroto y puedo encontrar cafeterías y restaurantes abiertos.

Hay varios aspectos de esta manera europea de manifestarse que me llaman la atención: primero, que todos los trabajadores -públicos y privados unidos- expresan públicamente su rechazo a una reforma laboral que califican de injusta, innecesaria, que abarata el despido y que favorece los intereses de las entidades financieras (a quienes culpan de la crisis económica).

Segundo, que a pesar de la huelga, se han visto obligados a ofrecer "servicios mínimos" en todos los ámbitos. Por eso, los ciudadanos tienen asegurado un 30% de servicios de transporte, por ejemplo.

Y tercero, que tanto así se manejó la convocatoria, que los trabajadores en huelga, apostados en distintas arterias de las ciudades españolas, entablaban discusiones con aquellos que habían decidido no integrarse a esta manifestación. Pero esas acaloradas charlas podían generar alguno que otro gesto agresivo como detener un autobús en marcha para regañar al chofer, bloquear una calle con llantas o bicicletas, enfrentarse a la policía, encomendada de garantizar esos servicios mínimos y gritarse entre sí (o puede decirse "hablar recio y con decisión").

Pero, hasta el momento, nadie se ha lanzado gas lacrimógeno ni ha tirado piedras, quemado camionetas ni mucho menos ha pintado los negocios o comercios, como se acostumbra en Guatemala. Todo está transcurriendo con tranquilidad y espero que así continúe.

En fin... es sólo una de tantas cosas curiosas que he visto de este lado del charco.

martes, 21 de septiembre de 2010

Los españoles

La gente en España, si no huele a sudor (porque el sol siempre los sorprende y porque aquí se camina mucho) huele a tabaco. Y si ninguno de los anteriores, eructa jamón serrano.

Te habla duro y en voz muy alta, como si te pegara un manotazo en la cabeza con cada palabra, pero al mismo tiempo te sonríe y te dicen "venga, que aproveche".

Hay quienes te invitan a las cañas muy cariñosamente, pero no te preguntan si pueden fumar a la par tuya y te echan humo mientras te dan palmadas en la espalda.

Otros, se preocupan por ti y te preguntan si te está gustando la comida porque tú comes muy lento o te preparan una "bocata" envuelta en papel aluminio para tu viaje.

Los que más me gustan son esos que te abrazan cinco veces o más porque ya los dejas y te dicen "oye, qué bien nos la hemos pasado" con la sinceridad que sólo encuentras en las palabras de tu madre.

Imagen: el Boulevard de la Alameda en San Sebastián, País Vasco.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Sólo quiero ver si llego

Encontré la excusa perfecta para intentar hacer un sueño realidad: estar en el círculo polar ártico y si tengo suerte, ver la aurora boreal.

Gracias a que me ofrecí a cubrir la participación de dos cineastas guatemaltecos en el Festival de Cine de San Sebastián, aprovecharé para quedarme tres meses recorriendo algunas ciudades antes de llegar a a ese lugar que me parece perfecto cuando cierro los ojos.

Este martes empieza la aventura y sé que en el camino me esperan algunas viejas amistades, de seguro nuevas relaciones y muchas emociones, empezando por las que desde ya me genera la profesión de mi amigo Sergio Ramírez en aquel festival.

A ver si logro lo que me he propuesto... Y si no, al menos traeré historias para contar ;o)

martes, 31 de agosto de 2010

Adiós a la tortuga

Anoche soñé que una pequeña tortuga moría en la palma de mi mano. Le quitaba el caparazón y empezaba a cortarla en pedazos mientras la tiraba por el desagüe del lavadero.

A medida que cortaba sus extremidades, iba sintiendo cómo se desgarraba mi corazón.

Advertí una presencia femenina que me tomaba por la espalda mientras me decía "no sabía que te habías encariñado tanto con ella".

Y yo, lloraba desconsolada.


Imagen tomada de: spanish.china.org.cn

jueves, 19 de agosto de 2010

FUR

Cuando vi FUR, la película de Steven Shainberg, no pude evitar sentirme incómoda.

Que una mujer como Nicole Kidman esté enamorada de un hombre misterioso que se esconde debajo de una maraña de pelos, que la introduce al mundo de los "freaks", le desata su sed voyerista y que por lo tanto, haya abandonado a sus dos hijas y su comprensivo esposo, fue un tanto bizarro.

Pero, desde el principio la película advierte que esta historia es un "retrato imaginario" de la fotógrafa Diane Arbus. Así que, uno puede respirar un momento.

Sin embargo, al investigar acerca de esta mujer, me encuentro con una colección suya de retratos de seres de los años 50, vistos con una sutil morbosidad. Todos, marginados por alguna discapacidad física o mental. O bien, retratos que les hizo a personas "normales", pero en momentos que los hacen ver "extraños".

No puedo evitar imaginarme a Diane detrás de la cámara, observando a estas personas, maravillándose ante lo desconocido y al mismo tiempo, temiéndole.

Eso me gusta de las películas: que me dejan con algún pensamiento loco dando vueltas en la cabeza. Y ésta, especialmente, me generó los más raros.

jueves, 12 de agosto de 2010

Padecimiento en soledad

Una de las desventajas de vivir sola es que las enfermedades se padecen en solitario. Ovbiamente cuando uno se enferma, también los ánimos se enferman. Por eso, en esos momentos, la soledad no es buena aliada.

Ayer tuve uno de esos días. Mi cuerpo, por segunda vez en la vida, me reclama atención. Ya no soporta las grasas ni la comida rápida. Por eso, tuve una especie de indigestión/empacho/ intoxicación.

Entre los escalofríos, la fiebre y el dolor de cabeza, tuve que levantarme de la cama, pero no pude avanzar tanto porque se me bajó la presión y por poco me desmayo.

Toda esa escena y mi personalidad trágica, me hicieron recordar algo:

Una vecina que tuvimos mi familia y yo, en la zona uno, era una señora mayor. Su casa y la nuestra compartían un garage, por lo que siempre la veíamos salir a mediodía a comprar tortillas o al mercado. Un día, dejamos de verla y al día siguiente, también. Entonces, tocamos su puerta para saber si estaba bien. Pero nadie respondió.

La ventanita que a ella le servía para ver quién tocaba, estaba sin seguro. Así que, mi tío la empujó y pudo ver a la señora al fondo del pasillo, tirada en el suelo.

De una terraza a la otra, entró mi familia a su casa y lograron atenderla. Se había tropezado y caído, pero por su edad, no había podido levantarse en dos días.

Claro, soy una dramática. Mi padecimiento de ayer no era tan grave, pero al aproximarme al desmayo me pregunté ¿qué tal si me quedo aquí tirada sin poder levantarme?

Yo sospecho que, a raíz de lo que le pasó a la vecina (y por otros motivos que tienen que ver con fracasos sentimentales), con mi hermana Karina planificamos acompañarnos en la vejez y compartir vivienda. Lo divertido de esta idea es que, muchos amigos nos están pidiendo posada en esa "casa de viejos" que todavía es imaginaria.

Imagen tomada de santillanalejandra.blogspot.com

lunes, 9 de agosto de 2010

Viajar con los ojos cerrados

Este fin de semana viajé con los ojos cerrados a ese lugar que describe Enrique Gómez Carrillo.

Algún día quiero ser capaz de escribir acerca de un momento digamos, cotidiano, con esta sublimidad:

"Porque en este Japón singular donde las mujeres se bañan en público y donde los hombres desnudos se pasean por las calles, las Venus más locas y los más desvergonzados faunos se envuelven, cuando un pintor los evoca, en suntuosos mantos de seda. Nada de desnudeces, efectivamente, en el arte. Hasta durante los minutos de suprema epilepsia, los que se aman están representados con sus trajes. Lo único que el artista se permite, es abrir el kimono, desatar la cintura, recoger las mangas... Y es milagroso, os lo aseguro, poder hacer todo lo que estos actores de la gran comedia carnal hacen, sin desgarrar sus vestiduras. En equilibrios dignos de funámbulos consumados, retuércense y forman monstruosas figuras con dos cabezas y cuatro piernas.

"El argumento es siempre el mismo. En la primera estampa vemos al caballero que, lleno de mimos, corteja a la dama. El traje de ambos es impecable. Ni el menor ademán indica que sea aquél el primer acto de una tragicomedia de la más refinada lujuria. En la segunda página, ya una mano indiscreta ha entreabierto el kimono femenino. El rostro de la mujer indica un ligero espanto, mientras en el rostro del hombre, una sonrisa triunfal. Ya en la tercera estampa el equilibrio de los cuerpos está perdido y las cien fases del vértigo principian. Todo sufre, en efecto, y todo se crispa, durante los idilios vertiginosos. Los pies y las manos se retuercen. En los ojos se lee el asombro o el dolor. Las piernas se trenzan en inconcebibles espirales, mientras los brazos forman lazos serpentinos. ¡Y esas bocas! En este país donde el beso es desconocido, los dientes parecen tomar tanto interés como los labios y las caricias".

sábado, 31 de julio de 2010

Consejos del Movimiento Slow Food

El movimiento Slow se basa en la realización de actividades placenteras y en comer saludablemente, revalorando los afectos (con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo) y desacelerando el ritmo de vida estresante.

Apuesta por ello, por el Slow Food en lugar del Fast Food. Así que, nos da unos prácticos consejos para unirnos a él.

-Respete sus horas de sueño. Duerma lo necesario. El sueño es la actividad reparadora psíquica y física por excelencia.

-Ingiera una dieta con alto contenido en frutas y verduras y bajo contenido en grasas.

-Practique un hobby que le dé tranquilidad. Por ej. hacer Yoga o relajación, pintar, escuchar música, cultivar una huerta, etc.

-Realice actividad física moderada (caminar o nadar por ej.), por lo menos tres veces a la semana.

-No sature su agenda de actividades, todo puede esperar (si estuviéramos muertos nadie las haría, no?), si está leyendo esto es porque esta vivo/a, disfrútelo.

-Realice una actividad a la vez, no varias al mismo tiempo.

-No mire el reloj a cada rato, de ser posible, no utilice reloj pulsera. Los fines de semana no ponga el reloj despertador, despiértese a la hora natural "solicitada" por su organismo.

-Coma despacio, mastique y salive muy bien los alimentos ante de tragarlos.

-Prepare una comida tranquilo/a y sin hacer otra cosa a la vez, como mirar televisión. Disfrute de una conversación si está comiendo junto a otras personas, en caso contrario, disfrute de la soledad pacíficamente.

-Cuando esté de vacaciones disfrute tranquilamente de la misma sin embarcarse en múltiples y agotadoras actividades diarias (por ej. realizar excursiones o salidas todo el tiempo).

-Deje tiempo en su agenda diaria para estar con personas que usted quiere o realizar actividades que le generen placer.

Imagino cómo sería el mundo si todos viviéramos a este ritmo... Slow down!

Canción de amor de la joven loca

Cierro los ojos y el mundo muere.

Levanto los párpados y nace todo nuevamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Las estrellas salen valseando en azul y rojo,
Sin sentir galopa la negrura:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Soñé que me hechizabas en la cama
Cantabas el sonido de la luna, me besabas locamente.
(Creo que te inventé en mi mente).

Dios cae del cielo, las llamas del infierno se debilitan:
Escapan serafines y soldados de satán:
Cierro los ojos y el mundo muere.

Imaginé que volverías como dijiste,
Pero crecí y olvidé tu nombre.
(Creo que te inventé en mi mente).

Debí haber amado al pájaro de trueno, no a ti;
Al menos cuando la primavera llega ruge nuevamente.
Cierro los ojos y el mundo muere.

(Creo que te inventé en mi mente).

Sylvia Plath

lunes, 26 de julio de 2010

Cosas feas de la vida citadina (II)

Hoy por la mañana atravesaba como todos los días laborales, una avenida que separa el edificio donde trabajo, del parqueo.

No me había dado cuenta que un joven rapado, con uniforme de PNC, caminaba por la acera a la que yo quería llegar.

Cuando por fin me abrí paso por entre los carros que circulan frente a la oficina, corrí hacia la puerta, pero justo el muchacho iba pasando frente a mí. Me detuve para dejar que pasara, pero una frase suya hizo que mi rostro se descompusiera: "pase mamita chula, con mucho cuidadito..." y dijo algo más, pero mi memoria lo bloqueó.

Por unos segunditos quise decirle tantas cosas, pero me detuvo el hecho de que íbamos los dos solos y que la puerta de la oficina me quedaba a una decena de pasos.

En ese instante tan corto reflexioné que hacía bastante tiempo que los guardias de seguridad que hacen turno afuera de las empresas y algunos agentes de la policía, no me acosan. Usualmente me sucedía cuando no tenía carro y caminaba mucho por la ciudad. Y claro, me decían cosas obscenas. Lo de hoy, no fue nada.

lunes, 19 de julio de 2010

¿Y qué?

Por ahí dicen que los príncipes azules siempre han sido sapos y que las mujeres idealizamos a los hombres, por eso nuestra cabecita llena al corazón de altas expectativas y por ende, cuando se voltea la última página del cuento de hadas, nos damos el gran cuentazo.

Yo, a pesar de haber sobrevivido a tres grandes fracasos sentimentales y aún en el día de mi cumpleaños número 33, quiero creer que la vida está preparándome a un híbrido de príncipe y sapo (porque nadie es perfecto) que estará dispuesto a acompañarme y a ser acompañado, a compartir aventuras, travesuras y a celebrar mis ocurrencias.

Me conformo con ofrecimientos tan simples y normales como los del wedding singer.




Y ya sé que este post generará más de algún regaño de mis amigas o que los hombres se reirán de mi cursilería. ¿Y qué?

martes, 13 de julio de 2010

¿Qué más nos puede pasar?

Los lunes son simbólicos porque se supone que marcan el inicio de una nueva semana. Te recuerdan que hay una oportunidad más de hacer cosas, ya sea en el trabajo o con tu familia. Es una ocasión para empezar tu cronómetro desde cero, otra vez.

Teniendo todo eso en cuenta, no sé qué significa el cúmulo de hechos violentos con los que empezó esta semana. No sé si augura algo o simplemente es un recordatorio del país en el que nos hemos convertido.

El primer hecho no lo oí en las noticias. Lo oí en la ventana que tengo a mis espaldas, en la oficina: una serie de disparos a media cuadra del edificio. Al asomarnos a ver qué pasaba, nos dimos cuenta de que varios carros circulaban en contra de la vía, como huyendo de algo. No sabemos si fue un tiroteo entre varios vehículos o si fueron disparos al aire. Sólo vimos que quedó un carro abandonado y seguimos la trayectoria de tres ambulancias.

Como media hora después, mientras saludaba a una amiga en el chat, me cuenta que la están extorsionando por teléfono. Que alguien llamó a su casa y preguntó por un señor que ya no vive ahí y le pidió Q5,000 de "colaboración".

Mientras tanto, una cola eterna de carros, desfilaba frente al edificio. No sabemos qué pasó exactamente, pero así duró todo el día. Al parecer, muchos puntos de la ciudad estaban congestionados. Se oían bocinazos por doquier.

Durante una reunión en la que participé a mediodía, los jefes de área empezaron a comentar los hechos violentos del fin de semana: la muerte violenta de un ex diputado (cuyo carro quedó perforado por más de 150 balalazos), la muerte de un guardia del sistema penitenciario que iba en un microbús en compañía de 5 mujeres y una niña, quienes también murieron.

Por la tarde, un compañero nos despertó de nuestro letargo laboral, diciendo que había explotado una bomba casera dentro de una camioneta.

Y por si fuera poco, regresaron los asaltantes en moto. A dos compañeras que esperaban en un semáforo en rojo, les somataron la ventana del carro (que llevaban cerrada) con la cacha de una pistola para pedirles el celular. Ambas se dieron cuenta que tenían a un segundo motorista en la ventana del copiloto.

¿Qué más le puede suceder al ciudadano? Por más que intente ser prudente, tomar sus precauciones y acostumbrarse a vivir en paranoia, no se salva de ser víctima.

Esto me lleva a pensar ¿a qué hora me toca a mí? y a extrañarme de que no me haya sucedido nada violento a partir de que le robaron el radio a mi carro, hace un par de años.

miércoles, 7 de julio de 2010

domingo, 27 de junio de 2010

Un pálido rayo de sol

Este domingo de ausencia me obliga a observar. Por entre las hojas tupidas de los árboles, es difícil tener acceso al cielo. Y hoy, que está gris, es aún más dificultoso llegar a ver el sol.

Veo cómo los palos de níspero, de tronco delgado, se doblan fácilmente con la fuerza del viento; sus ramas se arriesgan en cada violenta agitación; pareciera que están a punto de quebrarse.

Pero así como es de maravillosa la naturaleza, ni los árboles se caen ni hay oscuridad total. Durante unos segundos me sorprende un claro del cielo que le abre paso a un minúsculo rayo de luz pálida.

¿Qué mensaje me están mandando las nubes?

lunes, 21 de junio de 2010

Piratería, ¿una consecuencia de la desigualdad?

En los cines de México suelen proyectarse antes de la película cortos en los que las empresas condenan la piratería de películas: un breve relato muestra a padres que llevan a la casa un video “ilegal” y a un hijo que aprovecha para negarse a estudiar aduciendo que ya consiguió los resultados piratas del examen. En varias salas, cuando aparece la admonición final: “¿Qué le estás enseñando a tus hijos?”, escuché la misma broma de algún adulto: “A ahorrar”.

Tenemos tres miradas sobre la piratería:

a) la de la empresa cinematográfica que la descalifica moralmente equiparando la copia ilegal de la película con la copia de un examen (equivalencia entre la lógica comercial y educativa que sería fácil cuestionar);

b) la de los adultos que ironizan el moralismo del mensaje empresarial con la alusión a una conductavirtuosa –ahorrar-, recurso de mejoramiento económico a largo plazo en épocas de estabilidad financiera;

c) las risas o indiferencia de los jóvenes, que ven indulgentemente las compras piratas como un modo de revertir las desigualdades en el consumo inmediato.

Esta última perspectiva aparece en las prácticas registradas por la Encuesta, donde los consumos formales e informales se complementan: “los jóvenes, dice Rossana Reguillo, han encontrado a través del comercio ‘pirata’ en ropa, música, películas, la manera de inscribirse en este discurso global que condena a quienes están fuera de sus circuitos a la invisibilidad.

Por tanto, lo que la encuesta estaría revelando no es tanto un conjunto de comportamientos ‘transgresores’ o incluso ‘delictivos’, sino una estrategia de los menos favorecidos por el sistema para “conectarse”, palabra que se convierte aceleradamente en sinónimo de sobrevivencia”.

(Extracto de "Las nuevas desigualdades y su futuro" de Néstor García Canclini.)

jueves, 10 de junio de 2010

¡Gracias Vueltegato!

Vueltegato Editores editó un libro que incluye definiciones individuales de la palabra MONSTRUO y lo expuso como una obra de arte (Libro-Objeto) "donde el lenguaje colectivo impreso, interviene con el espectador y provoca un cuestionamiento directo y exponencial".

Entre esas definiciones está la mía.

¡Muchas gracias Vueltegato!

La exposición estará abierta hasta el 29 de junio en la Galería de Arte de la Alianza Francesa. El miércoles 23 de junio a las 7.00pm, se dictará la Conferencia - Debate Monstruos "Por qué nos asusta el Arte Contemporáneo", con los artístas/moderadores Gérard Saurin, Director General de la Alianza Francesa y Alejandro Marré, artísta y curador de la exposición.

También exponen André Gribble, VonSechel, Angel Poyón, Lea Asoli, Pablo Bromo y Alejandro Marré.

miércoles, 26 de mayo de 2010

El barquito de los deseos

En el taller de Anita fabriqué un barco de papel. Con ayuda de otros niños, quedó perfecto. Hasta le hicimos una vela con un pedazo de tela.

Cuando llegué a mi casa, vi una corriente de agua que quedó después de la lluvia. Estaba tan estrepitosa y era tan larga, que parecía un arroyo. No pude evitar imaginar cómo, al terminar la calle, bajaba por todo el barranco hasta llegar a la roca más alta y caer en una catarata muy alta, muy alta.

Entonces, se me ocurrió poner mi barquito a navegar. Pero antes de dejarlo ir, escribí en él algunas peticiones: mucha paciencia, sabiduría para reconocer los errores y una lengua suelta para que comunique mis emociones.

Espero que mi barquito de papel regrese pronto y traiga consigo mi cargamento especial :o)

lunes, 17 de mayo de 2010

La niña que no quiere sufrir

Guatemala, 3 de mayo de 1987

Hola Wendy, ya guardé la carta que usted me dejó debajo de mi almohada. Al principio me dio miedo porque en la noche yo no sentí que alguien entrara a mi cuarto, pero cuando la leí, entendí que era una sorpresa.

Le quería contar que voy a escribir una cosa en mi diario, me da mucha vergüenza y por eso no se la he contado a nadie.

Un día, Rebeca no me habló en todo el recreo. Yo pensaba que ella era mi mejor amiga y creía que las mejores amigas no se hacían cosas así. Ella nunca me dijo lo que yo hice para ponerla tan enojada. Sólo se hizo la que no me había visto y pasó a la par mía riéndose a carcajadas. Supongo que no sabe que eso se siente muy feo.

Yo creo que no le gustó que esa mañana la Directora me premió con unos diplomas por haber participado en concursos de gramática, ortografía y redacción. ¡Me dio un montón! Primer lugar, segundo lugar, tercer lugar… Tantos que mis compañeritas se cansaron de aplaudirme. Y en cambio a ella, apenas le dio uno.

Entonces, cuando le pregunté si podía jugar con ella, me dijo que no. No me gusta decirlo, pero me dieron muchas ganas de llorar y para que nadie se diera cuenta que me había puesto triste, me escondí a la par del lavadero en el que las señoras de la limpieza lavan los trapeadores. Ahí me pasé todo el recreo viendo cómo ella jugaba con todas nuestras amigas. Ya no recuerdo si me comí la refacción.

¿Por qué es tan mala la gente? Yo no quiero sufrir otra cosa así. Cuando veo que alguien trata mal a otro, no sé qué hacer y prefiero ir a esconderme o salir corriendo.

Ojalá que lo que usted vio en el futuro no se parezca a esto porque yo no quiero ser así cuando sea grande.

Pero ¿sabe qué? Anoche estaba leyendo, en uno de los libros que usted me dijo, cómo los niños que se van al país de Nunca Jamás, se quedan niños para siempre. Eso quiero hacer yo. Tal vez así no me pongo triste con esas cosas feas que hace la gente, ¿verdad?

Ahora, voy a poner esta carta debajo de mi almohada para que usted la venga a traer cuando quiera.

Buenas noches.


lunes, 10 de mayo de 2010

Angustia

Hay algo de frío en esta ventana sin nombre.

No me cobija tu abrazo imaginario
ni las letras de tus cartas ni tu recuerdo.

Todo tiembla por dentro, y por fuera, se va haciendo más débil.

Tengo miedo de no salir de este áspero encierro.

¿Tan difícil es que me acompañes a desgastar las tardes?

La más linda escena

Me gustó mucho la película "Me, you and everyone we know", especialmente esta escena:



Gracias Anita Cristina ;o)

viernes, 7 de mayo de 2010

Breve monólogo de un corazón roto, remendado y vuelto a desarmar

La suavidad no se ha ido de mis hombros. La entrega sigue siendo completa. La ingenuidad jamás desaparecerá. La sensualidad aún tiene cabida. La inspiración está más fuerte que nunca. La disposición a la aventura está lista en mi maleta. La dulzura aún sigue en su lugar.

Y tú lo viste todo desde la puerta de entrada, pero corriste cuando estaba a punto de estallar.


Foto: www.celiagradin.net

It's just a dream

martes, 4 de mayo de 2010

El Espejo

Soy de plata y exacto. No tengo prejuicios.
Todo lo que veo lo trago de inmediato
tal y como es,
sin la turbiedad del amor o de la antipatía.

No soy cruel, solo veraz
-el ojo de un diosecillo con cuatro esquinas-.

La mayor parte del tiempo medito
sobre la pared de enfrente.
Es rosada. Con manchas. La he mirado tanto
que creo que forma parte de mi corazón. Pero se mueve.
Caras y oscuridad nos separan una y otra vez.

Ahora soy un lago. Una mujer se asoma sobre mí,
buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.
Luego se vuelve hacia esas embusteras, las velas o la luna.
Veo su espalda y la reflejo con fidelidad.
Me recompensa con lágrimas y gesticula con las manos.
Soy importante para ella. Viene y va.
Cada mañana es su cara lo que sucede a la oscuridad.
En mí se ha ahogado una muchacha,
y desde mí
una mujer mayor
se eleva hacia ella día tras día, como un pez terrible.





Sylvia Plath

lunes, 3 de mayo de 2010

Irse



To wend significa To go one's way; proceed. To travel.

¿Será que mi nombre tiene algo que ver con el verbo?

¿Esto tendrá relación con esa sensación que me persigue de no pertenecer a un lugar? ¿Será esa la razón por la que nunca sentí como propio un espacio?

Si es así, ¿a dónde debo ir? ¿Alguna vez llegaré a algún lugar?

martes, 27 de abril de 2010

Nuevos aires laborales

Tengo a mis espaldas, un par de árboles que se levantan hasta el cuarto piso del edificio donde acabamos de mudar la oficina. El ventanal que me cuida la retaguardia me muestra una avenida amplia, algo transitada, pero bastante verde.

A mi derecha tengo una columna cuadrada de concreto y a mi izquierda, tengo un corredor secreto que termina a los cinco pasos. Ahí he decidido guardar cajas con material impreso.

Apenas hoy que empecé a ubicar mi escritorio y los papeles, me informaron que me quedé sola en mi departamento. Así que, está empezando una nueva etapa en esta institución, no sólo por la mudanza, sino porque de nuevo las responsabilidades estarán en mis únicas dos manitas.

domingo, 25 de abril de 2010

En este lado de la ciudad

Este aire caliente, denso y sofocante trae por bocanadas a mi balcón, sonidos tex mex que suben y bajan de volumen. Al mismo tiempo, una tonada de mariachis se introduce por debajo de la puerta. La abusiva se oye más cercana que la primera.

Intento cerrarles el paso a las dos invasoras, sacar de mi casa lo que ya lograron entrar, echarlas con insultos y patadas, pero no lo logro. No puedo luchar contra el viento que me las restriega en la cara y obliga a que las absorban mis orejas.

La chicharra del bosque se ríe con su rechinido constante de mi batalla perdida y me recuerda que así suenan los domingos en este lado de la ciudad.

martes, 20 de abril de 2010

Un gesto para Amanda

El día que Eduardo dejó de responder a las cartas que Amanda le escribía, se sintió muy agradecida. Comprendió que, como los héroes de las historias, él la había salvado del terrible monstruo llamado Abandono.

Siendo Eduardo un mercader muy conocido, se pasaba la vida viajando por lugares lejanos y conociendo gente cuya avaricia era peligrosa. Si el monstruo se enteraba que mantenía contacto con Amanda, muy fácilmente podría acecharla.

Entonces, ella decidió amanecer cada día con una sonrisa y barrer desde muy tempranito todo rastro que aquel mercader había dejado en su casa del bosque. Tenía que sacar de una vez por todas cualquier huella que pudiera oler el Abandono.

Por eso, Amanda estará eternamente agradecida.


Foto de: www.aurorabitzine.com

jueves, 15 de abril de 2010

Cosas curiosas de la vida

Siendo poco sociable -por distraída y por tímida- no me entero de muchas cosas que suceden en los ambientes laborales en los que he estado. Con el tiempo, he visto que ese despiste me ha privado de información valiosa y se me han escapado varias oportunidades para hacer networking.

En un trabajo que tuve, me movía cada tarde de mi escritorio al escritorio de una diseñadora gráfica encargada de hacerme un boletín electrónico. Cuando no la encontraba en su lugar, le pedía favor a su compañera de a la par que le informara que yo la andaba buscando.

Un día, esa compañera de al lado tenía otra cara. La habían cambiado. Me dio un poco de vergüenza porque nunca supe el nombre de la anterior. Con el pasar de los boletines, me llamó la atención que tanto la que trabajaba ese producto electrónico conmigo, como su vecina colega, usaban audífonos casi todo el día. La verdad es que las envidiaba. Yo quería mantenerme igual de abstraída, pero las características de mi trabajo no me lo permitían.

En fin…

Ya cuando me quedaba solamente una semana para trabajar en esa oficina, me encuentro a la nueva diseñadora en el baño. No sé quién de nosotras rompió el hielo y no sé por qué me inspiró tanta confianza. Lo cierto es que en cuestión de pocos minutos, yo le había contado mil cosas. Tanto así que, sin saber ni su nombre, le conté que tengo este blog y que me gusta escribir.

Se mostró tan interesada en mí, que me impresionó. Y yo que a veces soy agorafóbica, creo que me despedí rápido y salí corriendo del edificio. ¡No le pregunté su nombre!Pero, al día siguiente, tenía un comentario suyo en mi blog. ¡Y al poco tiempo, éramos amigas de Facebook!

No sé si unas semanas después, un realizador de cine -Rafa Tres- me contactó también en ese mundo virtual y me propuso participar en su película Un día de Sol. Me dijo que había leído mi blog y que le gustaba el tono de mi escritura. Quería que yo elaborara los pensamientos de la protagonista de su historia, para que se convirtieran en una narración que le daría un toque diferente al largometraje. ¡Por supuesto que acepté! Y heme aquí, escribiendo toda esta historia después de una noche de premier en Cinépolis de la zona 10.*

A que ni saben quién me refirió con el cineasta. Mi nueva amiga “Ka Be” (así se identifica en el Facebook).

Todo esto me puso a pensar en aquello que decía al principio… ¿qué hubiera pasado si mi timidez hubiera ganado y nunca le hubiera hablado a ella? ¿fue el destino el que me empujó a sacar de un solo tanta información en tan breve encuentro? ¿de cuántas amistades más me habré perdido por aislarme en los ambientes laborales?

Mientras me maravillo con lo sucedido, tengo una cita pendiente de calendarizar con mi amiga :o)


*La película estará en cartelera a partir de mañana viernes en las salas de Cinépolis. Cuenta la historia de una adolescente que sigue desesperadamente sus sueños. Deja un interesante mensaje a las adolescentes guatemaltecas. Más información en http://www.codicecinema.com/

miércoles, 7 de abril de 2010

¿Autocompleta? No lo creo.

Durante mucho tiempo intenté ser una mujer diferente al estereotipo que siempre me rodeó. Ya que crecí en colegios católicos y de monjas, me propuse ir en contra de todo lo establecido para una mujer: no quería casarme, no quería tener hijos, tampoco quería guardar mi virginidad hasta los 40, no usaba maquillaje, ropa ajustada y mucho menos tacones altos. No me gustaba el 14 de febrero ni celebraba ningún aniversario de noviazgo.

Yo estaba convencida de que me atraía todo lo contrario y que era una de las pocas muchachitas conscientes de lo que sucedía en el mundo, en mi país, en las adolescentes de mi generación. Pensaba que el ser independiente y vivir sola era suficiente para demostrar mis capacidades y la seriedad con la que me tomaba aquel modus vivendi.

Pero, al final de mis veinte años, tras varias situaciones y personas que se atravesaron en mi camino, he reflexionado acerca de aquella rebeldía. Mi cuerpo entero me obligó a sentarme y ver para atrás.

Así, me di cuenta de que no podía luchar contra mi naturaleza femenina. Que sí, me gustan los tacones altos, que me gusta intentar maquillarme de vez en cuando, que me preocupo por cómo se ve mi cabello, por la ropa que uso y sobre todo, por mi salud. Lo del matrimonio y los hijos ha de ser otra época de análisis a la que aún no he llegado, pero al menos, sí me estoy cuestionando la necesidad que tengo de compartir mi vida con una pareja.

Eso que dicen los motivadores y los religiosos, aún no lo puedo poner en práctica porque no sé ni cómo empezar: auto-complementarme. Según esa teoría, no debiera necesitar a nadie para poder sentirme completa. Pero ¿eso cómo se logra? ¿Realmente existe o está dirigido a los más elevados de espíritu?

Todavía estoy intentando descifrarlo.

Lo que me pasa es que al final de un día exitoso en el trabajo, o mejor aún, al final de un día en el que recibí la más linda señal para continuar caminando hacia mi sueño, me entran unas ganas locas por llegar a casa y contárselo a alguien que no sea el grillo del bosque ni el zumbido de la noche. O simplemente, relatar cómo estuvo mi día mientras me pongo la pijama y brinco a la cama para acurrucarme entre las chamarras.

No estoy perdiendo el optimismo porque sigo sintiendo que este será para mí, un año muy positivo. Tal vez es sólo que, hoy es uno de esos días en los que añoré un abrazo de orgullo y felicitación de una pareja que no existe.

Foto de www.cverbelun.addr.com

lunes, 29 de marzo de 2010

Carta para una niña

Querida Wendy, no me lo vas a creer pero yo llevo el mismo nombre que tú. La gran diferencia es que yo tengo 32 años y tú tienes 10. Te escribo esta carta para contarte que he podido verte a ti en el futuro. ¡No te miento! Tengo algunas cosas qué confesarte, pero antes de entrar en detalle, quiero recomendarte algo muy importante: guarda este papel en un lugar que sólo tú sepas, para leerlo cuando te sientas triste y sola. Junto a él, debes tener dos libros de cuentos: “Alicia en el país de las maravillas” y “Peter Pan”.


Yo sé que tus papás nunca te han comprado uno de esos, pero no tengas miedo de pedírselos. Aprovecha el 20 de cada mes, cuando te toca recibir tu inyección de penicilina. Tu papá te prometió comprarte lo que quisieras si no llorabas, ¿recuerdas? En lugar de pedirle bombones ácidos, pídele estos cuentos, te prometo que no te arrepentirás. Te lo digo porque en ellos encontrarás mensajes que te servirán para toda la vida. Si no entiendes algo, pregúntales a tus maestras, yo sé que les tienes más confianza que a tu mamá y estoy segura de que ellas te ayudarán. A medida que vayas encontrando las respuestas, apúntalas en tu diario. Te servirán mucho cuando sientas que te están sucediendo cosas feas.


Pues bien, regresando a lo que te decía del futuro, voy a tener que reservarme algunas cosas como lo hacen las buenas hadas madrinas, sólo te diré que has empezado a vivir muy tarde y eso ha provocado que muchos se aprovechen de ti.


A mí se me ocurre que hagamos algo para cambiar ese porvenir, ¿qué te parece? Para empezar, puedes encapricharte con tus papás e insistirles en que quieres hacer tu secundaria en un colegio mixto. Si no te hacen caso, inténtalo de nuevo cuando salgas de los básicos, esa será tu última oportunidad. Tú eres una niña muy obediente y bien portada. No creo que te lo nieguen. Será muy difícil lograrlo, pero te juro que aprenderás muchas cosas si convives con hombres a esa edad. Tú sabes cuidarte, pero tienes que ser muy fuerte y golpear de regreso con palabras o con los puños si te hacen daño. Aunque les tengas miedo a los niños, cuando te gradúes te darás cuenta que el haberlos sobrevivido te dejará mucho aprendizaje.


La segunda estrategia es que no dejes de ir a la biblioteca. Ve a explorar ese salón que te da tanta curiosidad. Te aseguro que te enamorarás de muchos títulos y eso te dará ideas para escribir en tu diario. Por cierto, cuélgate la llave de ese cuadernito en una cadena y nunca te la quites del cuello, ni aunque te bañes.


Otra cosa que debes tener siempre presente es que tus ganas de viajar y conocer otros países no son descabelladas. ¡Hazlo! Pregúntales a tus maestras por los programas de intercambio que existen. ¡Tú no lo sabes y tus papás tampoco, pero hay personas que te pagan un viaje sin que tu familia tenga que poner dinero! Con eso convences a tus papás más rápido y si te apoyas de tu maestra, con las buenas notas que siempre sacas, no verá razón para no ayudarte.


La última cosa que se me ocurre es que no le pongas corazón a los comentarios que hace tu mamá cuando te ríes a carcajadas. Te dice que te tapes la boca porque tienes dientes de conejo, pero es mejor que pienses que está bromeando. Tú eres linda y tienes un brillo especial que no debes permitir que nadie te lo opaque.


No te preocupes si ahorita tus papás no te dejan jugar en la calle como lo hacen tus vecinos, ni te dan permiso de llevar amiguitas a la casa o de ir a visitarlas. Tienes que comprender que sólo intentan protegerte, pero si sigues mis consejos, esto no te afectará tanto.


Si me haces caso, tendrás una vida muy diferente a la que yo pude ver en tu futuro. Estará más llena de experiencias que te harán crecer como se debe. Y te repito: cuando te sientas sola y triste, vuelve a leer esta carta, hojea los cuentos de Alicia y Peter Pan. Ahí verás que las niñas siempre sobreviven a las tristezas, a los problemas de adultos, las injusticias y el llanto.


Me despido con una idea que pasó por la cabeza de la hermana de Alicia y que ahora pasa por la mía: tú conservarás, a lo largo de los años, el mismo corazón sencillo y algún día harás brillar los ojos de otros pequeños al contarles un cuento extraño, tal vez muy parecido a esta carta que te regalo.



P.D. Cuida mucho a tu hermana Karina. No permitas que tus papás la comparen contigo. Defiéndela cada vez que la veas en problemas. Acompáñala en sus aventuras y ocurrencias, te la pasarás muy bien.