Este sábado la casita del bosque vivió algunos cambios drásticos. Un par de muebles fueron movidos de lugar y un par de bocinas gigantes se ubicaron en el comedor. Y todo para recibir a los antiguos integrantes de un suplemento para jóvenes que existió hace muchos años.
Pero aquel espacio, acomodado para albergar a tantos personajes, sólo fue frecuentado por los friolentos, hambrientos y sedientos. Al nomás satisfacer esas necesidades, se apresuraban a salir al bosque a formar parte del jolgorio que se armó afuera de la casita. Una fogata hubiera quedado perfecta.
Hubo tantas carcajadas, planes y anécdotas, que el tiempo pasó rápido. Así, se fue llevando uno a uno a los visitantes.
Al final, quienes nos quedamos a celebrar la madrugada, decidimos refugiarnos dentro de las cuatro paredes y cobijarnos con la nostalgia, al compás de canciones viejas y recuerdos que guardábamos en las entrañas.
4 comentarios:
El Duff y yo no pudimos llegar, he tenido migrañas desde el jueves :(
Lástima que nos perdimos la fiesta! Esperamos poder estar ahí la próxima vez jijijiji
Abrazo!
¡Los extrañamos! Pero ni modo, primero la salud. Espero que estés mejorcita.
Otro abrazo para vos :o)
Qué bonito se escucha. Qué bonita debe ser esa casita en el bosque... Nos vemos más tarde! :o)
Y gracias por aguantarnos hasta la madrugada.
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