Hay algo de frío en esta ventana sin nombre.
No me cobija tu abrazo imaginario
ni las letras de tus cartas ni tu recuerdo.
Todo tiembla por dentro, y por fuera, se va haciendo más débil.
Tengo miedo de no salir de este áspero encierro.
¿Tan difícil es que me acompañes a desgastar las tardes?
No hay comentarios:
Publicar un comentario