domingo, 27 de junio de 2010

Un pálido rayo de sol

Este domingo de ausencia me obliga a observar. Por entre las hojas tupidas de los árboles, es difícil tener acceso al cielo. Y hoy, que está gris, es aún más dificultoso llegar a ver el sol.

Veo cómo los palos de níspero, de tronco delgado, se doblan fácilmente con la fuerza del viento; sus ramas se arriesgan en cada violenta agitación; pareciera que están a punto de quebrarse.

Pero así como es de maravillosa la naturaleza, ni los árboles se caen ni hay oscuridad total. Durante unos segundos me sorprende un claro del cielo que le abre paso a un minúsculo rayo de luz pálida.

¿Qué mensaje me están mandando las nubes?

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