Muy pocas veces me daba el tiempo para caminar por estas cuadras, pues la pinche inseguridad me hizo temerosa.
Sin embargo, en este mes de abril eso ya me importa poco. Ahora me dejo llevar casi hipnotizada por esta visión de postal que me relaja. Y la sensación se hace más placentera cuando veo cómo el viento despoja a los árboles de estas flores que caen tan serenas... Imagino que las ramas lloran mientras sonríen.
Así es como se disfruta la soledad, digo yo. Debe ser una mezcla de melancolía, satisfacción, paz y lágrimas placenteras.
2 comentarios:
Esta semana floreció una ceiba en el Cerrito del Carmen...al parecer la ceiba florece cada diez años...es el mes de las flores y me encanta tu narrativa.
Gracias Roxana :o) Estoy empezando a pensar que abril debe traer buenas noticias con tanto botón floreciendo, no?
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