No tengo energías para cambiar la pijama por la ropa limpia en mi cuerpo. No tengo ganas de salir de mi cama aunque el calor me humedezca la piel y me acechen los zancudos con su asquerosa sed de sangre. No quiero seguir enterándome de nuevos compromisos sentimentales, próximas bodas, nuevas uniones amorosas ni fiestas donde todos bailan y celebran. No quiero verme al espejo porque me aterran mi cabeza deforme y mis ojos de ingenua.
Lo único que me hace sonreír genuinamente es inventarme historias que me transportan a otros mundos dentro de mi propia imaginación. Las escribo, las leo, las modifico...
Dice Juan Bosch: "el cuento tiene que ser obra exclusiva del cuentista. Él es el padre y el dictador de sus criaturas, no puede dejarlas libres ni tolerarles rebeliones".
Lástima que hoy no tenga fuerzas para hacer lo mismo con mi vida.
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