sábado, 27 de diciembre de 2008

Decir adiós...

Las despedidas en lugares concurridos son las más horribles.

Te dije adiós, te di un abrazo fuerte y luego caminé (o más bien huí).

La gente me parecía monstruosa, me golpeaba con sus hombros, se burlaba de mi rostro marchito.

A cada paso me iba sintiendo un poco más sola y miserable.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Salados suspiros

Cuando era niña y me pasaba un fin de semana en la playa, traía arena del mar por todo mi cuerpo. Me pasaba el día entero en el agua.

Entraba a la ciudad cansada y contenta. No me interesaba nada más que meterme a la cama.

Al empezar a quedarme dormida, me regresaba la sensación de las olas... ese vaivén me sumía en sueños profundos.

Ahora, a mis 31 años, me sorprendo de regresar solamente un poco más morena que el día anterior y bastante lúcida.

Ya no traigo arena en mis chancletas, ni en mi traje de baño, mucho menos en mi maleta.

Lo que me dejan estos paseos son purititos suspiros.

I dig my toes into the sand
The ocean looks like a thousand diamonds
Strewn across a blue blanket
I lean against the wind
Pretend that I am weightless
And in this moment I am happy...happy

lunes, 22 de diciembre de 2008

Me asusta, pero me atrae

Me atrae la idea de explorar la vida marina, pero una vez que me acerco a ella, le temo y me pongo muy muy muy nerviosa. Me asusta mucho.

Todo lo que sucede en el mar me parece traicionero, peligroso y fascinante...

Como uno de tantos deseos frustrados, desde hace años que quiero aprender a bucear, pero no he podido hacerlo. Me resulta muy caro.

En una única ocasión, estuve cerquísima de hacerlo, pero a falta de dinero, lo más parecido que hice fue media hora de snorkel en una playa de Utila (Honduras). Me lo disfruté mucho.

Gracias al agua cristalina del lugar, vi pecesitos de colores, algas, rocas, arena dorada... y todo iba de maravilla hasta que me vio fijamente a los ojos una morena.


Ni siquiera la foto es tan espeluznante como la que vi ese día.

Pues bueno, cuento todo esto porque ayer, tuve esta misma sensación.

Estaba en el Puerto de San José a eso de las 3 de la tarde, muy contenta con el oleaje que estaba amigable conmigo, hasta que me volvió a invadir una incertidumbre mezclada con miedo.

Mientras esperaba a que se formara una ola y la veía fijamente para calcular el momento exacto en el que le daría la espalda, me di cuenta cuando se cruzó en ella un pez de más o menos 50 cm de largo.

Pegué un grito y no pude articular palabra. Qué extraño. No era nada grave, pero mi reacción fue agarrar el brazo de Alejandro (que disfrutaba del agua junto a mí) y señalar a la ola.

Minutos después recordé esta foto.



Claro, el pez que yo vi no era así de gigante y tampoco era un tiburón. Pero a mí se me vino esta imagen a la cabeza.

No sé cómo pude con las olas siguientes. Por unos segundos quise salir corriendo, justo como cuando vi a la morena en Utila.

Sospecho que por alguna razón poderosa, el destino me pone muy lejos las clases de buceo.

Ya mis nervios están hechos lata.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Pinche diciembre nostálgico



Qué traidor es diciembre.

Me trae un inevitable recuento de cosas que hice, dejé de hacer y renové en mi vida este año.

Pero solamente quiero resaltar dos muy importantes:

- Retomé metas y sueños que habían quedado dormidos en alguna parte de mí.

- Terminé una parte de mi historia personal llena de momentos intensos, desgarradores, apasionados... y quedé con un buen sabor de boca que me produce muchas sonrisas al día. Agradezco al protagonista de ese capítulo de mi vida porque su huella está profundamente marcada en mi corazón.

Ya me invadió la nostalgia.

Pinche diciembre.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Entre vos y yo

Ahí,

al medio,

hay un breve espacio

en el que aún se estremece dulcemente el cuerpo.

Ese espacio se está llenando de tiempo.

martes, 9 de diciembre de 2008

Mi casa tiene eco

Se mudó mi amiga Gabriela y yo me quedé con la casita del bosque.

Ahora, hay menos muebles, más espacio y mucho eco.

Ya puedo bailar con más soltura cuando haga la limpieza. Jeje.

Mucha suerte en tu nueva vida, Gaby!