domingo, 21 de febrero de 2010

¿Matrimonio, yo?

Hoy por la tarde conversaba con mi amigo el Pato acerca de nuestro círculo de amigos cercanos y de cómo ninguno está aproximándose al matrimonio. Ya tenemos más de 30 años y ni siquiera tenemos una relación de noviazgo seria. Muchas cuatas alrededor nuestro se han casado o hecho madres, pero porque sienten la obligación de hacerlo. Luego las vemos divorciadas o separadas. No miento.

Entonces, ¿qué tiene esa famosa institución impuesta por las generaciones pasadas que todavía enriquece los negocios dedicados a las bodas?

Me lo empecé a cuestionar porque siento que vivo entre dos realidades paralelas: una, la de mis amigos alejados casi por completo del casamiento; y otra, la de los anuncios de la expo boda, las joyerías, las ventas de vajillas y los vestidos de novia.

¿De verdad existen parejas todavía que piensan en casarse? Yo, mientras más información tengo acerca del matrimonio y de la maternidad, menos quiero afrontar cualquiera de estas dos situaciones. Me bastaría con una pareja que quiera compartir al menos unos 20 ó 30 años conmigo. Digo... es que, al paso que voy, a lo mejor la encuentro a los 40.

5 comentarios:

LuisRo (P*!!!) dijo...

La mejor conclusión la encontramos: tener a esa pareja que quiera envejecer con nosotros. Que si queremos tener hijos lo hagamos, sino que nos acompañen hasta que la esquina en la cama en que duerme se ponga fría por que ya no está.

Creo que esperar que llegue la respuesta a los cuarenta es muy tarde, ya llegará a su momento justo.

Juan Pablo Dardón dijo...

Neh, cada uno con lo suyo. Algunos nacimos para casarnos, otros no nacimos para la vida en pareja. Con tener siempre alguien cerca para el gozo poderoso goloso, no importan las condiciones. Ese gozo puede ser carnal, sentimental o intelectual. Hay que darle al cuerpo lo que el cuerpo pida. De todos modos, si lo tenemos prestado, hay que entregarlo hecho mierda. Por ejemplo, ahora a mí me pide comida, y chuchitos le daré. Si la cosa va bien, más tarde será chuchito castigador. Yeah.

GavilaSavilaMavila dijo...

Ay mi amiga, a propósito de nuestra plática de la semana pasada en el Cafetalito, vaa? Es tan relativo todo este tema! Y sí, creo que lo q pasa es que las parejas más jóvenes se emocionan con el matrimonio y todo eso, pero mientras más tiempo pasa, más crecemos y aprendemos, tonces le vamos viendo la objetividad al asunto y el conocimiento nos lleva a las eternas cuestionantes.....!

Duffboy dijo...

Interesantes dilemas los que propones, Wendy. Hoy revisaba entradas pasadas en mi blog anglo y en algún momento traté de presionarme a encontrar el amor, bajo el amenaza de adquirir otra tarjeta de crédito... creo que había tomado algo extraño ese día. Pues bien, el amor llegó a mí bajo otras condiciones, y el matrimonio también, sin tantos mates como creía.

"El gozo poderoso goloso" que menciona el siempre sabio JP es la neta, uno sabe con quién y cómo gozarlo. Te recomiendo el blog de una cuata indocanadiense romimoondi.wordpress.com y su blog anterior Year of the Chick, ya convertido en su primera novela (en la cual relata lo difícil que es ser soltera en una cultura propensa a los matrimonios arreglados en la mejor tradición de la India). ¡Abrazotes!

P.D. El stress de una ceremonia civil o religiosa son capaces de hacerte aborrecer la institución del matrimonio. Si algún día te decidís, keep it simple y disfrútense en todos los sentidos.

paola guillen dijo...

bueno que te dire... las relaciones son dificiles y son contadas las que llegan hasta ancianos juntos.

sin embargo como q algo de magia se pierda al convivir tan cerca

mas que todo el matrimonio ha surgido como proteccion para los hijos y la mujer

suludos,