Cuando llegué a mi casa, vi una corriente de agua que quedó después de la lluvia. Estaba tan estrepitosa y era tan larga, que parecía un arroyo. No pude evitar imaginar cómo, al terminar la calle, bajaba por todo el barranco hasta llegar a la roca más alta y caer en una catarata muy alta, muy alta.
Entonces, se me ocurrió poner mi barquito a navegar. Pero antes de dejarlo ir, escribí en él algunas peticiones: mucha paciencia, sabiduría para reconocer los errores y una lengua suelta para que comunique mis emociones.
Espero que mi barquito de papel regrese pronto y traiga consigo mi cargamento especial :o)
1 comentario:
El pedido justo amiga...el pedido justo!!! Vas a ver que es cuestión de tiempo, ojalá el barquito vuelva pronto! :)
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