Mientras bailaba -o intentaba bailar entre tanta extranjera borracha- al ritmo de La Gran Calabaza, alguien metía su mano en mi morral y sacaba lentamente mi billetera.
Agradezco al malhechor (o malhechora) el haberme dejado el "frijolito" que tengo ahora como celular, así como los papeles del carro y las llaves de mi casa.
El único documento que me identifica ahora, es la parte policial:
"Manifiesta la denunciante que el día de ayer siendo las 23:30 horas, cuando se encontraba en la ciudad de Antigua Guatemala, en el Café Bar La Sala, dejando en una de las sillas su bolsa de mano y en un descuido la misma le fue hurtada. Referida bolsa contenía en su interior documentos antes descritos (cédula de vecindad, licencia de conducir, 2 tarjetas de débito, carné de afiliación al IGSS, carné del IRTRA y 1 tarjeta de membresía de Blockbuster). Motivo por lo cual hace del conocimiento respectivo".
A la próxima, le hago caso a mi sexto sentido.
A cada poco pensaba en ir a traer el pinche morral porque lo había dejado colgado en una silla. Pero pudo más la cumbia que mis pensamientos paranoicos...
1 comentario:
q shit, a mi me pasó esta semana en McDonals, a la hora del almuerzo. Pero yo no le agradezco al malechor que se llevó hasta la llave de mi carro!!! Por suerte a tí te dejaron los papeles del carro. Ahora más q nunca a hacerle caso al instinto y no dejar nada de nada descuidao!
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