miércoles, 6 de febrero de 2008

La importancia de los amigos

Por mi vida ha pasado tanta gente... y con mi mala memoria, hay personas a quienes ya no les recuerdo ni la cara.

Pero eso sí: contaditos con los largos dedos de mis manos tengo, a un puñado de amigos y amigas que no quiero dejar ir en un buen tiempo. Y si de repente debo alejarme, seguro que seguirán ocupando una gran parte de mi corazón porque me han ofrecido siempre sus hombros, sus consejos, su cariño y su paciencia, a pesar de mis cagadas y de mi inconstancia.

A mis hermanas les repito muchas veces las mismas historias -sin querer queriendo- porque me gusta recordar de vez en cuando algunos buenos momentos con mis amigos.

Hoy, por ejemplo, vino a mi mente la imagen del vino de caja. Ese vino barato que sabe más a alcohol que a zumo de uva fermentado.

Esa figura cuadrada me transportó a los monumentos de la Avenida Las Américas, por allá por el 2000 y 2001 (jeje, pura abuelita), a una de esas noches en las que nos escapamos de la Universidad, nos subimos ya ni recuerdo al caballo de qué estatua (siempre se me olvida este dato) y ligeramente embriagados, empezamos a bailar, a hacer bromas y a darnos besos entre todos, como colegiales descubriendo su sexualidad. Jajaja!

Qué inocentes éramos... apenas pasábamos los 20 años de edad y sentíamos aquello como la travesura más interesante de nuestras vidas.

Lamentablemente, no tengo muy claros los detalles ni puedo distinguir las vivencias entre un monumento y otro. Pero sí tengo cercana la sensación de pertenecer a algo y de haberlo disfrutarlo con todo mi cuerpo y con todo el corazón. (Así de cursi.)

Si llegara a ser abuela, me agradaría sentarme en una silla mecedora a platicar de todo eso con mis nietos (mientras trenzo mi blanca y larga cabellera) para sonreír a cada poco con la misma alegría que me provoca este recuerdo.

5 comentarios:

Juan Pablo Dardón dijo...

"...y ligeramente embriagados, empezamos a bailar, a hacer bromas y a darnos besos entre todos, como colegiales descubriendo su sexualidad." Ulugrún, eso suena a pura horchata, jajajajajjajajajaja! Son mentiras, pues es bonito eso de recordar, a uno se le vuelven a antojar las cosas pasadas y ayuda a disfrutar lo que se tiene hoy (como futuro recuerdo). Saludos Wendys y dejá de navegar el pasado que sólo trae melancolía y ganas de embolarse.

Wendy García Ortiz dijo...

Tenés razón... es hora de enfocarme en otras cosas...
A ver si puedo!
Jajaja.

Anónimo dijo...

...Quiero escribirte un cuento lleno de ventajas...

La primera ventaja es que cuando el cuento llega al final no se acaba, sino que se cae por un agujero...

...Y el cuento reaparece en mitad del cuento. Esta es la segunda ventaja y la más grande, que desde aquí se le puede cambiar el rumbo, si tu me dejas, si me das tiempo...

Lucia y el sexo

Wendy García Ortiz dijo...

"Todo el tiempo que tú quieras" =P

Jorge Rodríguez dijo...

el monumento era el de castilla algo y es el que está en el redondel siguiente a los cines, enfrente hay una gasolinera, la otra vez pasé por ahí y también me pasó eso de recordar las cosas que pasaron ahí. Per realmente no me recordaba del vino, jajajaja, borrachos de tienda