Odio las reuniones a las que asisto por obligación y en las que sólo tengo que asentir y fingir interés.
Odio los cócteles en los que tengo que hacer plática con diplomáticos y demás caqueros.
Odio las salidas a tomar algo con personas que me invitan para sacarme chismes.
Odio a las personas que hablan sólo por tener protagonismo y que al final, no dicen nada.
Odio mi acomodamiento y el de los demás, porque no nos lleva a ningún lado.
¡Qué bueno que falta poco para que todo cambie!
5 comentarios:
Mujer, creo que se de lo que está hablando. Que bueno que se acaba de desahogar por otros... Mejor que vivan Nuestras Reuniones!
Siiiiii. Especialmente si hay musiquita de fondo, cervecita y buena comida! Jeje.
Vaya, coincidimos en "odios favoritos"... ;))
Bueno, bueno, bueno... No puedo dejar de dejar un comentario tras haber descubierto tu blog. Y sobretodo en tu último comment, que tantos recuerdos me trae y que entiendo perfectamente.
En segundo lugar, ¿qué onda? Ja ja ja... Soy lo peor y no escribo, yo sé. Pero que conste que desde este lado del Atlántico os llevo siempre en el pensamiento. Así que espero que a través de esta ventanita que acabas de abrir, me dejes participar en la vida chapina de nuevo.
Bueno Wendy, mucho ánimo y enhorabuena por tus escritos, que vales mucho!!!!!
Besitos, Leti
PD: Cuidame mucho a tod@s.
Leti, qué bueno encontrarte!!! Ya te imaginarás el ambiente por esta oficina y lo importante que es mi desahogo en este espacio... Te escribiré un correo extenso para contarte...
Un abrazo fuerte, fuerte!
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